El conductor de un camión ha causado daños irreparables en los milenarios geoglifos conocidos como las Líneas de Nazca, situadas en el sur de Perú, después de haber entrado con un vehículo en el lugar, declarado Patrimonio de la Humanidad, y dejado profundas huellas que han afectado tres de las figuras dibujadas en la arena hace más de 2.000 años.
El Ministerio de Cultura del país andino ha informado este martes en un comunicado de que denunciará penalmente al conductor que irrumpió ilegalmente en la zona, a pesar de las señales de prohibición.
El camionero imputado es Jainer Flores, de 40 años, por el delito de atentado contra el patrimonio cultural, al dejar las huellas del tráiler que conducía por la pampa donde perduran las líneas y figuras de animales labradas en la tierra por los Nazca, una de las grandes civilizaciones del Antiguo Perú.
El incidente ocurrió el sábado 27 de enero a la altura del kilómetro 424 de la carretera Panamericana Sur cuando el camión abandonó la vía asfaltada para aparentemente evitar pagar un peaje, a pesar de las indicaciones que advierten de que a ambos costados del camino existe un área arqueológica intangible.
El conductor, trabajador de la empresa Transportes Pakatnamu SAC, entró en el lugar a pesar de la señalización y causó daños en la superficie y "parte de tres geoglifos de líneas rectas", según ha señalado el ministerio en un comunicado. El camión dejó en su trayecto "huellas profundas" en un área aproximada de unos 100 metros, de acuerdo con el comunicado.
Una práctica tristemente habitual
El arqueólogo Jhony Isla, responsable de la conversación de las Líneas de Palpa y de Nazca, aseguró a la emisora Radio Programas del Perú (RPP) que casos como este "ocurren cotidianamente".
Flores Vigo ha argumentado en su defensa que entró en la zona porque su vehículo tenía problemas en uno de los neumáticos, según ha informado el periódico peruano El Comercio. El hombre, además, alegó que desconocía la condición patrimonial del área.
Las líneas de Nazca, declaradas en 1994 Patrimonio de la Humanidad, son geoglifos de más de 2.000 años de antigüedad con figuras geométricas y de animales, que solo pueden ser apreciadas desde el aire. Su significado es un enigma: algunos investigadores las consideran un observatorio astronómico y otros, un calendario.
Fueron descubiertas en 1927 y son el legado más importante de la cultura Nazca, que se desarrolló entre el año 100 antes de Cristo y el 600 de nuestra era.