Una bolsa de dormir, un lugar oscuro y sereno donde pasar la noche, unas pocas provisiones con las cuales subsistir sin pasar hambre ni sed y un grupo de personas alrededor durmiendo del mismo modo.
Tranquilamente podríamos estar describiendo la escena de un camping en cualquier ciudad del mundo. O inclusive podríamos estar refiriéndonos al “glamping”, la tendencia que llenó de glamour al hecho de acampar. Pero no, esta vez estamos hablando del “champing”, la nueva tendencia de turismo “espiritual” que está causando furor en el Reino Unido.
Este tipo de acampe consiste lisa y llanamente en pasar una o dos noches en una iglesia o capilla antigua de la campiña y se inicia cuando quienes han decidido pasar esos días allí reciben la llave del edificio religioso y comienzan a disponer del edificio durante un fin de semana entero.
El champing (el nombre está formado por las palabras church, ‘iglesia’, y camping, ‘acampada’) es una propuesta nacida en el seno de la Churches Conservation Trust (CCT) , una organización sin ánimo de lucro del sudeste de Inglaterra que trabaja para salvar unas 300 iglesias históricas del país.
Desde catedrales medievales hasta iglesias victorianas, iglesias con misteriosas trampillas y piedras megalíticas enterradas, iglesias de la campiña de la época de los sajones y refugios con terroríficas criptas y gárgolas esculpidas.
Cada grupo de viajeros puede elegir el tipo de experiencia que busca, inclusive dependerá un poco también de lo valiente que cada uno sea.
Tras una primera prueba realizada por el CCT con el templo medieval de Todos los Santos de Aldwincle, en el condado de Northamptonshire, la red no ha parado de crecer y el concepto se ha convertido en tendencia.
“Nuestras iglesias para el ‘champing’ son cápsulas del tiempo vivas, con leyendas que se remontan en ocasiones a la época sajona, y siglos de historia por explorar. Presentan el entorno perfecto para explorar la cultura, el patrimonio histórico y el arte de Inglaterra a lo largo de los épocas,” explican en la web del CCT.
Para sumar un poco de confort al camping se extienden alfombras sobre los suelos de piedra y los visitantes duermen en colchones en el centro de la iglesia o entre los bancos. Aunque la esencia del champing no se caracterizaba precisamente por el lujo, a las instalaciones disponibles se añaden sillas, mesas, inodoros portátiles y lavabos.
Los huéspedes comen platos caseros en una granja cercana, y por la noche se encienden velas por toda la iglesia.
En ese momento, en la mayoría de las iglesias, es cuando se suma un historiador de la zona quien narrará historias sobre las leyendas y eventos históricos del lugar. Existen otras actividades opcionales, como paseos por el camposanto en busca de antiguas piedras con inscripciones desgastadas a lo largo de los siglos o sencillamente detenerse a contemplar el firmamento en medio de un paisaje muy silencioso.
Poco a poco el concepto se ha extendido por toda Europa y en mucho lugares es posible conseguir alojamientos rústicos con algún tipo de cómo por ejemplo un antiguo convento de Córdoba (España) junto a las plazas de la Corredera y de las Tendillas, en pleno centro de la ciudad andaluza donde dormir puede costar solo 55 € la noche.
Otra posibilidad es una antigua capilla construida sobre una colina, dentro de una finca típicamente andaluza de la localidad malagueña de Álora donde es posible dormir rodeado de eucaliptus y flores con vistas a un antiguo castillo por 90 € la noche.