Un castillo con aspecto terrorífico y tétrico. Así es el Castillo de Bran, más conocido por los turistas como el Castillo de Drácula, ubicado en Transilvania, Rumanía.
Es uno de los más famosos en todo el mundo y mejor conservados. Su belleza y arquitectura resaltan ante las más exquisitas miradas.
“Entre libremente, por su propia voluntad, y deje parte de la felicidad que trae”
Así daba la bienvenida el conde Drácula a un asustado y contrariado Jonathan Harker en la mítica versión realizada en los años 90 por Francis Ford Coppola.
La noche de Halloween, 2 personas podrán dormir allí a partir de una promoción de la empresa de alquiler de viviendas Airbnb.
Los invitados recibirán un cena (pollo con paprika, la misma comida descrita en la novela) y vino a la luz de las velas, y después se los dejará para que puedan pasar la noche en ataúdes forrados de terciopelo rojo, como hacía Drácula en la novela de terror de Bram Stoker.
Las normas de Airbnb para la noche son sencillas: ni ajo ni joyería de plata y una advertencia que alude a la leyenda sobre que los vampiros no se reflejaban en espejos.
"El conde no es fan de las selfis en espejos"
El concurso para encontrar a los huéspedes comenzó el lunes. Los interesados deben emplear su "ingenio vampírico" para imaginar qué le dirían al conde Drácula si se lo encontraran.
Los ganadores recibirán un viaje a Rumania y serán trasladados al castillo. En caso de no animarse a dormitar en los ataúdes, habrá camas disponibles como alternativa a los féretros.
Leyenda del Conde de Drácula
Muchos turistas acuden a este lugar intrigados por el gran misterio del supuesto Conde de Drácula, personaje de la novela “Drácula” de Bram Stocker, quien lo creó inspirándose en el personaje de la vida real conocido como Vlad "el Empalador". Vlad, en la vida real, vendría a ser el Drácula de la novela.
Vlad III o Vlad Tepes, nacido como Vlad Draculea, fue el antiguo príncipe de Valaquia (hoy el sur de Rumanía). Gran luchador, se volvió famoso por lo sanguinario y sádico, ya que almorzaba mientras veía cómo sus enemigos eran empalados.
Por ello, Stocker lo asoció con el imaginario Conde de Drácula, conocido vampiro sangriento que acechaba sin piedad a sus víctimas.
No existe evidencia alguna de que Vlad III haya vivido en el Castillo de Bran. la historia cuenta que pasó solo dos días en el castillo, cuando lo capturaron sus enemigos y lo encerraron en una mazmorra.
Los turistas siguen creyendo que fue el hogar de Vlad, y aunque el castillo es visitado por su belleza y antigüedad, también la leyenda aporta mucho a tanta fama.
Pero existe un detalle que sí relaciona al Castillo de Bran con la novela de Bram Stocker: la arquitectura y los interiores del castillo. Aunque Bran Stocker nunca en su vida viajó a Rumania, a través de historias que le fueron contadas y distintos libros, pudo conocer sus interiores e inspirarse así para su novela, en donde describe al Castillo de Drácula con los mismos rasgos que el real Castillo de Bran.
Aunque es conocido como Castillo de Drácula de manera muy informal, además de que en él se han filmado películas de “Drácula”, la leyenda siempre seguirá presente en la mente de los turistas.
Este espectacular castillo recibe al año a más de 500.000 turistas y es una de las atracciones turísticas del país junto a los Cárpatos y el delta del Danubio.