Un paseo inolvidable, un recorrido en coche por 35 kilómetros de acantilados rocosos contra los que el mar se bate furioso, esculpiendo calas tan imponentes como la playa del Silencio. En la verde y bella Asturias, entre Cudillero y Luarca, podrás hacer este maravilloso recorrido.
Cudillero nos regala el mejor inicio. Te fascinará su irresistible estampa con sus casas de vivos colores escalonadas sobre el puerto viejo, formando un anfiteatro de encantadora y apretujada arquitectura popular. Subir y bajar por este laberinto de costanillas, tejados y miradores es un ejercicio que disfrutarás.
Muy cerca de Cudillero, a 10 km. al oeste tomando la salida 438 de la autovía A-8, a la altura de Oviñana, se adentra en el Cantábrico la proa rocosa del Cabo Vidio, un lugar perfecto para contemplar los acantilados e islotes del Paisaje Protegido de la Costa Occidental. Esta será la primera parada. Desde lo alto llega a divisarse, en días claros, hasta la punta coruñesa de Estaca de Bares. Si se puede hacer coincidir la visita con la puesta de sol, mucho mejor.
Detrás del faro hay una caída perfectamente vertical de 70 metros. Mejor no asomarse mucho. Al pie del cabo, el oleaje ha tallado la gruta de la Iglesiona. Para verla solo hace falta que baje la marea.
Y ahora se sigue camino hacia la playa más estremecedora de España: la Playa del Silencio. Esta ensenada de postal, de pura roca y puro mar, se halla en Castañeras, a 16 kilómetros de Cudillero yendo hacia Luarca por la A-8 y tomando la salida 441, dirección Santa Marina.
Todo es de piedra en esta playa de la vecindad de Castañeras: los acantilados, los cantos rodados y los islotes que afloran en lontananza. Al verla, también quedarás de piedra y en silencio.
La siguiente parada es en Ermita de la Regalina, ubicada en Cadavedo, salida 450 de la A-8, uno de los pueblos más bonitos de Asturias, lleno de hórreos y casas con hermosos jardines. Un lugar de vértigo y devoción donde hay una ermita blanca y azul al borde del acantilado, dos hórreos y una vista sobre la vecina playa de la Ribeirona y el resto del quebrado litoral que corta la respiración.
Poco antes de llegar a Luarca, vale la pena desviarse a Busto para asomarse a los tremendos acantilados que rodean el faro, los más verticales de la costa occidental asturiana. Se encuentra a 29 kilómetros de Cudillero y 12 de Luarca, tomando la salida 454 de la A-8.
En Luarca termina el recorrido, donde hay que subir al promontorio de la Atalaya. Allí, junto al faro y a la ermita de la Virgen Blanca, se encuentra el cementerio de Luarca, uno de los más bellos y fotografiados de España.
El jardín de Fonte Baixa es otro mirador excepcional, además de uno de los mayores botánicos privados de España, con 568 variedades de plantas y más de 10.000 pies de camelias.