El Puente del Inca, lugar de incalculable belleza, está ubicado en Las Heras, provincia de Mendoza, Argentina, y es considerado una geoforma única en el mundo.
Puente del Inca
Puente del Inca está incluido en el sistema vial andino Qhapac Ñan o Camino del Inca, por lo tanto integra un sitio declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. Se caracteriza por poseer elementos de considerable valor patrimonial por sus significados históricos, arquitectónicos, sociales y culturales.
Sobre el cauce del río Mendoza que nace en el Aconcagua, el Puente del Inca se encuentra a 2719 msnm, enmarcado por los cerros Banderita Norte y Banderita Sur.
Se cree que la formación del puente natural se debe al socavado de un depósito fluvioglaciar y luego cementado por la acción de los minerales de las aguas termales que brotan en la zona. Numerosas colonias de algas verdes, rojas y azules acompañaron el proceso como componentes biológicos, y el conjunto de estructuras geobiológicas constituye el equilibrio de esta formación tan llamativa.
Fuentes termales
Las fuentes termales conservan una temperatura media entre 34 y 38 °C y son las que se encuentran a mayor altura en Argentina. La composición del agua contiene hierro y otros minerales que le dan la característica ferruginosa a la formación rocosa y los colores naranjas, ocres y amarillos, como tonos paisajísticos muy singulares.
Suspendido a 27 m sobre el río, el puente natural tiene casi 50 m de longitud y 28 m de ancho. Puente del Inca, una joya histórica en tierra mendocina
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La curiosa geoforma de Puente del Inca, junto con las ruinas del antiguo y abandonado hotel de baños termales, se han convertido en un punto turístico destacado, considerado Área Natural protegida provincial
Se formó al derrumbarse un cerro sobre el río Cuevas. El río erosionó el suelo y moldeó un cañón que, en un pequeño segmento, está techado por esta extraña formación sedimentaria.
Del suelo brotan aguas con minerales cuyos sedimentos cubren el puente con una extraña capa de tonos amarillentos, blanquecinos, verdosos y anaranjados.
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Cuenta la leyenda que el hijo de un gran jefe indio estaba afectado por una extraña enfermedad. Los rumores sobre unas vertientes curativas en las cercanías hicieron que el hombre llevara a su hijo hasta el lugar. Un río furioso corría por una profunda quebrada e impedía llegar al destino milagroso.
Sus hombres formaron un puente humano para que el hombre pasara cargando a su hijo enfermo. La sanación era posible en el lugar de las aguas que brotaban de la tierra. Al volver a cruzar y mirar hacia atrás, sus guerreros habían quedado petrificados, dando forma al Puente del Inca.
Las ruinas del Hotel Termas de Puente del Inca forman parte de la escenografía en un conjunto mimetizado con el puente. La antigua construcción utilizaba las aguas termales como valor agregado a sus servicios de hospedaje y constituía todo un lujo en plena montaña.
Hoy en día se intenta conservar el lugar por su valor geológico y promover un turismo ecológico que preserve los recursos naturales de las áreas protegidas sin provocar desequilibrios ambientales.
Del equilibrio entre el aporte permanente de aguas termales y los componentes biominerales que le dan el color rojizo al puente, depende la supervivencia de este monumento.