Japón es un país Oriental, que sorprende cada día con sus hábitos y costumbres. Algo que para las escuelas de América Latina y de la propia Europa podría considerarse totalmente absurdo, en Japón es una práctica que enorgullece a sus estudiantes y habitantes en general.
En las escuelas de Japón, los estudiantes no solo tienen la obligación de mantener los espacios públicos limpios, limpiando los baños y haciendo el aseo, sino que también se encargan de servir la merienda y lavar todos los utensilios usados.
Este tipo de prácticas de educación y responsabilidad, son inculcadas en cada niño japonés, desde su mismo nacimiento.
En Japón, las escuelas no solo cumplen la función de enseñar a leer y a escribir, sino que también se enfocan en formar personas educadas, que respeten y cuiden lo público
Nadie reclama por este tipo de prácticas, sino todo lo contrario, se enorgullecen de ellas.
En el Mundial de Fútbol de la FIFA, Brasil 2014, fueron muchos quienes quedaron impresionados al ver como los fanáticos japoneses, limpiaban sin obligación alguna, todas las gradas y los espacios del estadio que habían utilizado, recogiendo todo tipo de botellas y papeles, en bolsas de plástico, que ellos mismos llevaban.
Para los japoneses, estos hábitos de conducta y educación, se consideran incluso más importante que el buen dominio del conocimiento intelectual. Estas personas, son sumamente educadas y gentiles, en todo tipo de aspectos
Quizás no sea novedad que las ciudades japonesas sean consideradas las más limpias del mundo, y quizás muchos de nuestros países, deberían adoptar posturas similares a las de la sociedad japonesa.
Cultura japonesa:
Los niños japoneses limpian sus escuelas todos los días durante un cuarto de hora con los profesores, lo que llevó a la aparición de una generación de japoneses que son modestos y entusiastas en la limpieza.
Cualquier ciudadano japonés que tiene un perro tiene que llevar saco y bolsas especiales para recoger excrementos de perro. La higiene y el afán por abordar la limpieza es parte de la ética japonesa.
Japón no tiene recursos naturales, y están expuestos a cientos de terremotos al año, pero no le impidió convertirse en la segunda economía más grande del mundo.
Japón impide el uso de la telefonía móvil en los trenes, restaurantes y cubiertas.
Los japoneses, a pesar de ser una de las sociedades más ricas del mundo, no tienen sirvientes. Los padres son responsables de la casa y de los niños.
En Japón no existe un examen de primer a tercer grado de primaria, porque el objetivo de la educación es inculcar los conceptos y la formación del carácter, y no sólo el examen y el adoctrinamiento.
Si vas a un restaurante de buffet en Japón te vas a dar cuenta de que la gente sólo come todo lo que necesitan sin desperdicio alguno. Ningún alimento se desperdicia.
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