"Italia fue, para muchos, su primer país extranjero. Se llegaba en autobús, se comía pizza por la calle (¡por la calle!) y se gastaba medio carrete de 24 fotos en la Piazza della Signoria. A la vuelta, nadie era la misma persona que salió de casa. Con suerte, hasta habían surgido amores no correspondidos. Todo era perfecto en ese viaje. Por justicia poética Italia debería ser el primer país al que viajemos cuando podamos.
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Italia es más grande que la vida. Está por encima de todo: del paso del tiempo, de sus gobernantes y de su propia intensidad. Está por encima de otros lugares, aunque sea impopular escribirlo y hasta pensarlo. Un país del que han salido el Giotto, Mastroianni, Nino Rota, Masaccio, Prada, Caravaggio y el parmiggiano puede mirar al resto del mundo por encima del hombro; y no lo hace.
Estas semanas ella, que es ingobernable, demuestra disciplina. Sin querer, nos da lecciones
Lo ha hecho siempre: lecciones de cómo vestir, de cómo respetar el patrimonio, de cómo comer disfrutando, de cómo vender lo propio, de cómo contarse a sí misma. Ahora, además, nos enseña civismo. Volveremos para agradecerle todo lo que nos ha dado desde esos primeros viajes de fin de curso, en los que el mundo parecía un lugar recién pintado, listo para estrenar.
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Estos días, las imágenes vacías de la Plaza de San Marcos de Venecia parecen un Chirico. Las ciudades parecen fotografiadas por Ballester. Roma parece una escena de Caro Diario.
Esa película de Nani Moretti es uno de las muchas cartas de amor que los italianos han dedicado a su país. En ella, Moretti recorre la ciudad en Vespa en pleno ferragosto, cuando está desierta. Todo en ella le parece hermoso, hasta Spinaceto, un barrio afeado por muchos. “No está tan mal Spinaceto”, dice con ternura. En un momento de la película el protagonista va a visitar el lugar donde asesinaron a Pasolini. Es un campo de futbol ordinario y abandonado de las afueras de Roma y todo en ese momento destila poesía. La belleza está en el ojo del que mira y bla-bla-bla.
Cuando volvamos a Roma seguiremos los pasos de Moretti que, a la vez, siguió los pasos de Pasolini e inventaremos nuevos recorridos. Volveremos a llenar las calles y plazas hasta quejarnos, con un Spritz en la mano
Esos recorridos estarán llenos de ruidos, porque Italia está siempre alborotada. Pocas sensaciones más inquietantes que el silencio de algo ruidoso. Ahora Italia calla o canta un rato al día. Todo es silencio. Echamos de menos el bullicio, el tráfico (quién nos lo iba a decir) y el ruido físico y visual del país. Pero ya volverá el jolgorio de los miles de turistas de la Fontana de Trevi".
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Como dice la autora de esta bella carta, "ahora es momento de viajar sin maleta ni billete". Podés ver distintas notas que recomendamos al pie para disfrutar lo mejor de Italia y enviarle buena vibra a su gente desde estos rincones del mundo, que amamos para siempre esas tierras de la que tanto escuchamos de abuelos y bisabuelos.
No publicamos textual toda la carta. Te recomendamos leerla entera aquí. Y seguir a Anabel Vazquez aquí.
Si te gustó esta hermosa carta, te invitamos a ver este video de Buena Vibra, con el deseo inmenso que tenemos todos de volver a viajar:
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