España es un país turístico al que llegan millones de viajeros todos los años atraídos por sus playas, el abundante patrimonio artístico del país, la gran oferta gastronómica y su inmenso patrimonio cultural. Y existen también mágicos pueblitos españoles, no tan conocidos, que vale la pena visitar cuando se recorre este maravilloso país.
Pueblitos españoles
Hoy intento contarte sobre pueblitos no tan "famosos", cuyos encantos y paisajes te deslumbrarán y garantizarán momentos llenos de magia.
Cangas de Onís
El puente romano de Cangas de Onís, con su Cruz de la Victoria colgando sobre el río Sella, irradia magia y luz. Tiene para mí un encanto especial porque desde Asturias partió mi abuelo a "hacer la América". Este pueblito esconde muchos rincones para descubrir. Sólo hay que perderse por sus calles.
Y para cerrar esta visita, no dejes de subir a los bellísimos lagos de Covadonga, en plenos Picos de Europa. En ese recorrido encontrarás el maravilloso Santuario de Covadonga.
Tossa del Mar - Gerona
En la costa catalana encontrarás un pueblo de calles estrechas y empinadas, casas de piedra, un castillo y una muralla que protegía de los ataques de piratas. Su muralla y su castillo con vistas al mar son dos joyas arquitectónicas casi intactas. Su belleza convierte a esta villa en un lugar magnífico para visitar.
Valldemosa - Mallorca
Grandes como Unamuno, Rubén Darío, Borges o Chopin encontraron inspiración en este bello pueblo de calles empedradas.
Dos sitios que aseguran el éxito del viaje son el mirador Miranda des Lladroners y la Cartuja, un monasterio con bonitos jardines y mejores vistas. En la Real Cartuja vivieron Chopin y George Sand. Durante la estancia en la isla George Sand escribió un libro sobre sus vivencias “Un invierno en Mallorca”.
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Pedraza - Segovia
Atravesar la Puerta de la Villa es como entrar en una máquina del tiempo, viajando a la época Medieval. A 40 kilómetros de Segovia, es uno de los pueblos más bonitos de la provincia. Pero lo más lindo de este lugar, es visitarlo en la Noche de las Velas, a principios de julio. Todo el pueblo se ilumina con miles y miles de velas.
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Mijas - Málaga
Con sus casitas blancas, sus calles llenas de flores y sus burritos-taxi, Mijas es otro de los pueblos que vale la pena visitar. Su casco antiguo es un caramelo. Conserva todavía el trazado de origen árabe y los restos de sus antiguas murallas, convertidas en jardines y en uno de los miradores más espectaculares de la Costa del Sol.
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Ribadeo - Lugo
Visitá la Playa de las Catedrales, un paraíso lleno de acantilados, cuevas, arcos de piedra y corredores. Es realmente un lugar increíble.
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Calella de Palafrugell - Gerona
La Costa Brava regala un pueblito atrás de otro con encantos especiales. Sus pueblos de pescadores y sus playas de aguas cristalinas invitan a relajarse y dejar todo el estrés afuera. Calella de Palafrugell es uno de esos lugares donde dejarnos llevar.
Cudillero - Asturias
Cudillero es un anfiteatro de colores frente al mar. Visitá la plaza de la marina, desde donde sale la Ruta de los Miradores. Las casitas de colores colgando de las tres laderas te maravillarán.
Olvera - Cádiz
Su castillo árabe y su iglesia neoclásica rompen la vista de casitas blancas. Preparate para subir cuestas y no te desanimes porque las vistas te devolverán toda la energía.
Ciutadella - Menorca
Pasear por sus callejuelas medievales, sus palacios e iglesias, visitar sus tiendas de artesanías y su catedral gótica de Santa María te hará sentir en la gloria. Y ni hablar del tiempo detenido en cada atardecer en su bonito puerto.
Ronda - Málaga
Un espacio que ha inspirado a escritores y directores de cine. Es una ciudad que parece colgada del cielo. Lo más atrapante es el hermoso Puente Nuevo, edificado como un acueducto y el impresionante Mirador de El Balcón del Tajo.
Asomarse por ambos es sólo para valientes. Eso sí, las vistas merecen la pena.