Hong Kong es una ciudad en la que no hay tiempo para descansos. De día y de noche, siempre habrá cientos de lugares esperando ser visitados.
Reflectores, luces de neón, carteles LED enormes, pequeñas lamparitas adornando parques y zonas verdes, pantallas gigantes en las calles comerciales, barcos iluminados que van y vienen de la isla al distrito de Kowloon, edificios con muchas luces de colores que bailan al ritmo de una ciudad que nunca para. Suena sorprendente y al mismo tiempo puede ser un poco agotador.
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Escapadas en Hong Kong
Por suerte Hong Kong también tiene atracciones que ofrecer a los que quieran escapar de la urbe, conocer su parte más tradicional y maravillarse con hermosos paisajes naturales.
El Gran Buddha Tian Tan
Buena Vibra quiso descubrir esta cara un poco desconocida de la ciudad. Para lograrlo nos encaminamos hacia el Gran Buddha.
Cómo llegar al Buda gigante
Este Buda Gigante se encuentra en la isla de Lantau, a unos 50 km del centro de Hong Kong. Llegar allí es muy simple ya que hay una línea de metro que termina su recorrido en la ciudad donde se encuentra esta enorme estatua.
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Tomamos la línea naranja en la estación Hong Kong (junto con la estación Kowloon son las más céntricas) y en unos 30 minutos bajamos en Tung Chung, la última parada.
Una vez allí, hay un último tramo por recorrer para llegar a lo más alto de la isla y poder contemplar al Gran Buda, y visitar el Monasterio Po Lin, uno de los santuarios budistas más importantes del sur de China.
Las opciones para hacerlo son 2:
- El teleférico Ngong Ping 360 es la mejor forma de llegar hasta la montaña ya que durante los 25 minutos que dura el viaje, se pueden observar increíbles vistas del mar, la ciudad y la montaña.
- El autobús número 23 que, aunque es una opción más barata, tarda más tiempo en llegar y no cuenta con las vistas de ese paisaje maravilloso.
Teleférico Ngong Ping 360
A la salida del metro, hay que caminar derecho y luego hacia la izquierda para bordear la estación de colectivos y encontrar la entrada al teleférico.
Hay 3 tipos de cabina para elegir: La de cristal que tiene piso de vidrio, la estándar y la cabina privada.
Con valentía y emoción nos aventuramos a subir a la increíble cabina con piso de vidrio. El trayecto son 25 minutos desde la terminal de Tung Chung hasta la plataforma en Ngong Ping montaña arriba.
La primera vista es del Aeropuerto Internacional de Hong Kong, donde se pueden ver cientos de aviones despegar y aterrizar. Contamos casi 2 por minuto. También, desde lo alto, puede verse claramente el puente marítimo más largo del mundo que une las ciudades de Hong Kong, Macao y Zhuhai en China Continental. Esta construcción millonaria fue finalizada en octubre de 2018.
El viaje continúa por la hermosa bahía de Tung Chung, momento del viaje especialmente emocionante si estás en la cabina de cristal, ya que podrás ver la inmensidad del agua debajo de ti a través del piso de vidrio.
Luego, desde más arriba, una vista panorámica impecable de cielo, islas, mar, frondosos árboles que embellecen y llenan de verde las montañas.
Cerca del final de la travesía, ya puede divisarse a la distancia al admirable Gran Buda. Realmente este teleférico es toda una atracción en sí mismo.
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Llegamos a Ngong Ping Village y encontramos un bonito paseo de compras de construcción tradicional china, con cadenas internacionales de cafés y restaurantes, algunos de los platos locales más característicos y también lindos shops de souvenirs.
Atracciones en Ngong Ping Village
Además del viaje en teleférico, pueden adquirirse entradas para una serie de atracciones que se encuentran en este mismo paseo. Nosotros teníamos el paquete que nos permitió disfrutar de una película en 5D denominada: “Conociendo la Isla de Lantau”. Después de eso, pasamos al corto animado: “Caminando con Buda” donde conocimos su historia y le pedimos un deseo y finalmente en VR 360, nos divertimos con unos juegos de realidad virtual.
Durante todo el rato que estuvimos de paseo, desde lo alto muy visible nos esperaba y observaba el Gran Buda. Marchamos atravesando el camino bordeado de estatuas budistas en la plaza Ngong Ping para llegar a una enorme puerta blanca que nos daría la bienvenida a la escalera de 268 escalones que nos separaba de la estrella del lugar.
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Contemplar al Buddha Tian Tan es una experiencia asombrosa. Con sus 34 metros y 250 toneladas, es el Buda de bronce más grande del mundo
Simboliza la unión del hombre con la naturaleza y la postura de sus brazos representa la falta de aflicción y la generosidad. Miles de personas llegan a él cada año desde que finalizó su construcción en 1993.
El regreso en el teleférico de cristal fue tan impresionante y encantador como la ida. Contagiados por la paz del Gran Buda, volvimos intentando grabar para siempre en nuestras retinas esos magníficos e incomparables paisajes.
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