"Cuanto más viejo me hago más cuenta me doy de que hay que trabajar mucho para reproducir lo que busco: lo instantáneo. La influencia de la atmósfera sobre las cosas y la luz esparcida por todas partes"
Claude Monet, 1891
Rouen es una ciudad situada a 135 km al noroeste de París. Entre los episodios más importantes de su historia está el juicio y muerte de Juana de Arco en 1431.
No esperes llegar y encontrarte con la típica ciudad medieval francesa, porque los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial se lo llevaron todo. pero:
Lo que quedó del centro histórico es poco pero muy intenso
Su arquitectura gótica y medieval y sus entramados de madera la convierten en una de las grandes ciudades históricas de la Normandía. Ejemplo de esto nos lo da la preciosa Catedral de Rouen, una verdadera joya del gótico. Tanto es así que ni el genial Claude Monet pudo resistir sus encantos, la que pintó en numerosos cuadros.
Al salir de la catedral hay que tomar la Rue Saint Romain, que te llevará directamente al corazón del centro histórico de Rouen.
Ciudad de los Cien campanarios
Aunque está alejada del mar, el Sena ha permitido que su puerto se convirtiera en uno de los 5 más importantes de Francia. El río, los larguísimos puentes y sus decenas de campanarios -Victor Hugo la bautizó la “ciudad de los Cien Campanarios”- conforman la silueta de Rouen.
Qué ver en Rouen
Si no disponés de mucho tiempo, dedicá al menos una mañana para visitar Rouen. Sus principales atractivos se encuentran bastante cerca unos de otros, concentrados en el casco antiguo.
Catedral de Notre Dame
El punto de partida clásico de una ruta por Rouen es la Catedral de Notre-Dame, construida hacia el 1200 en estilo gótico. Al contemplar las dos torres de su fachada principal uno entiende por qué Monet la retrató en tantas ocasiones.
El interior es impactante por sus dimensiones y su elemento más bello es la escalera gótica de piedra. Como curiosidad, alberga el “corazón” del famoso Rey Ricardo I, “Corazón de León”.
Al este de la Catedral (a escasos 300 metros) no hay que perderse la preciosa fachada de la Iglesia de Saint-Maclou, rodeada por pintorescas casitas con entramado de madera.
A 300 metros más, en dirección norte, encontramos otro lugar imprescindible, a menudo confundido con la catedral por sus imponentes dimensiones: la Abadía Saint-Ouen.
Construida entre los siglos XIV y XVI, destaca por ser un bello ejemplo de gótico flamígero y por su órgano, de 1890. Podrás tener una buena perspectiva del exterior desde el inmediato Jardin de l’Hôtel-de-Ville.
El Gran Reloj Astronómico tenía antiguamente una curiosa función: avisaba si sucedía algún altercado en las calles.
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Monet auz pixels
Si vas a Rouen en los meses de verano no te pierdas el espectáculo "Monet aux pixels" que cada noche se hace en la fachada principal de la catedral. Proyectan, sobre ésta, diversas imágenes pixeladas (algunas son cuadros de Monet, otras no).
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"El clímax del impresionismo"
Así se ha descrito la serie de vistas de La Catedral de Rouen llevada a cabo por Claude Monet entre 1892 y 1894. La serie -consistente en 31 lienzos que muestran la fachada de la catedral gótica de Rouen bajo distintas condiciones de luz y clima- provocó una admiración inmediata entre la crítica de su tiempo, y fue alabada por muchos maestros posteriores.
Incapaz de representar en un lienzo completo cada fugaz instante, Monet trabajaba en ocasiones simultáneamente con varios lienzos, volcándose en uno en concreto cada vez que las condiciones de luz y ambiente se parecían a la del cuadro en cuestión.
Imaginemos por un instante la situación: Claude Monet, instalado frente a la ventana de un segundo piso frente a la Catedral , trabajando frenéticamente con decenas de lienzos, a merced de que una nube pasajera, un fugaz rayo de sol, una niebla matinal le obligara a buscar -si es que existía- el cuadro en el que pudiera centrarse.
Por supuesto, tal tarea debía resultar desesperante, pero no era Monet una persona que se rindiera fácilmente: " Más que nunca aborrezco las cosas que salen bien al primer intento", había escrito mientras trabajaba con los almiares en Giverny.
Monet llega incluso a concluir varios de los lienzos en su taller, fiándose de su portentosa memoria visual. Pero dos años después la misión estaba cumplida, y Monet poseía ya tres decenas de capturas pictóricas de la Catedral.
Por primera vez en la historia de la pintura se había logrado representar la cuarta dimensión, el tiempo, un logro reivindicado por numerosas vanguardias varias décadas posteriores al maestro francés.
Fuente de "el climax del impresionismo": theartwolf.com