Firenze, como la llaman los italianos, es una pequeña metrópoli cultural que ofrece al visitante los mejores museos y galerías de arte. Sus calles, plazas y museos encierran tantísimo arte, que transforman la ciudad en un museo al aire libre.
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Qué ver en Florencia
Florencia ha mantenido inalterado el propio encanto y esplendor del pasado. Así se presenta la capital Toscana, una ciudad llena de encanto que no acaba nunca de maravillar, con sus obras maestras de arte, los mármoles coloridos de sus iglesias y sus obras arquitectónicas que evocan la fastuosidad y el papel desempeñado por la ciudad en el desarrollo de la cultura y del arte renacentista.
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Plaza del Duoma
El corazón de Florencia es la Plaza del Duomo, con un conjunto monumental que incluye la Basílica de Santa María del Fiore con la majestuosa cúpula de Brunelleschi, el Baptisterio de San Juan, magnífico ejemplo de románico florentino y el Campanario de Giotto, una obra maestra de la arquitectura gótica florentina.
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Detrás de la catedral surge el Museo de la Ópera de Santa María del Fiore, donde es posible admirar una preciosa colección de obras provenientes de la Catedral, del Baptisterio y del Campanario.
Plaza de la Señoría
Plaza de la Señoría es el foco histórico de la vida civil y alberga la Logia de la Señoría o Logia dei Lanzi (del siglo XIV), la Fuente de Neptuno y el Palacio de la Señoría o Palacio Viejo, uno de los monumentos símbolo de la ciudad, delante del cual se sitúan una serie de esculturas entre las que se encuentra la copia del famosos David de Miguel Ángel.
Al lado de la plaza surge la majestuosa Galería de los Uffizi, sede de uno de los museos más importantes del mundo, que cuenta con obras de Botticelli, Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y muchos otros grandes artistas. El elemento arquitectónico de especial interés de la Galería es el Corredor Vasariano, proyectado por Vasari a mediados del siglo XVI, une la estructura con el Palacio Viejo y con el Palacio Pitti.
No hay que dejar de visitar la Logia del Mercado Nuevo, del siglo XVI, llamada también Logia del Porcellino (Cerdito) por su característica estatua de bronce (en realidad se trata de un jabalí propiciatorio de buena suerte).
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