Hay momentos en que las sensaciones son tan fuertes e intensas que no alcanzan las palabras para compartir una experiencia. En Geiranger sentimos esa imposibilidad de encontrar el adjetivo justo para describir la combinación de asombro y éxtasis que sólo excepcionalmente aflora con semejante intensidad, llevándonos a darnos palmas y a levantar la voz para tratar de expresar lo que fluye desde el interior
Somos viajeros. Hace años disfrutamos imaginando, proyectando y viviendo cada viaje como una experiencia vital única. Tuvimos la suerte de conocer lugares inolvidables, de asombrarnos con maravillas naturales y realizaciones humanas, con las huellas de la historia y el origen de lo que nos rodea.
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Fiordos Noruegos: Geiranger
Podemos contar que el fiordo noruego de Geiranger está entre las mayores atracciones del mundo y que la ONU lo declaró patrimonio de la humanidad; pero eso apenas sería aportar datos, información interesante y valiosa pero claramente insuficiente.
Lo que nuestros sentidos experimentaron al navegar este larguísimo fiordo va mucho más allá de los datos que cuentan las guías de viaje
Imaginen montañas pobladas de verde y coronadas de nieve, de más de 1500 metros de altura, que caen a pico sobre un estrecho canal natural de cientos de metros de profundidad y no más de 200 metros de ancho. Agreguen infinidad de cascadas de diferentes alturas y variados caudales.
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Las nubes juegan a esconderse entre las montañas, descienden por ellas hasta casi tocar el agua y de pronto se diluyen entre los rayos del sol que aparecen instantes después -o antes, cómo saberlo- de una suave llovizna.
El agua del fiordo luce verde esmeralda o azul, según la luz y el ángulo de nuestra visión
El fiordo se extiende por 20 km, desde Hellesylt, pequeño y muy bello poblado ubicado en su extremo oeste, hasta Geiranger, otra hermosa y también pequeña población que embellece el extremo este. Para llegar a él se navegan casi 200 km desde la costa, cerca de la ciudad de Alesund, por fiordos de ensueño que anticipan el impresionante final del trayecto.
A Geiranger se accede por tierra unos pocos meses al año, cuando la nieve lo permite. Si no, se llega por ferry desde Hellesylt o en alguno de los cruceros que incluyen el pequeño puerto en sus recorridos.
Desde sus miradores en diferentes puntos de las montañas que lo bordean se disfrutan vistas que agotan los adjetivos. Hay senderos para todos los gustos, una gran cascada que llega al fiordo en el mismo pueblo, con largas pasarelas para recorrerla y una bella iglesia con una de las mejores vistas que puedan concebirse.
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Twizy: el auto que habla y te guía por el paraíso
Se puede disfrutar Geiranger en varios días, acampando, en hotel, o en alguna de las cabañas junto al fiordo. También está la opción de conocerlo en un intenso día, llegando en ferry o crucero.
En cualquier caso vale la pena considerar una opción que multiplica el placer de un lugar único: alquilar un "auto que habla"
Nos referimos a un Twizy, pequeño auto eléctrico que hace de guía en español desde su GPS y permite acceder a cada sitio de atracción más fácil que cualquier otro vehículo.
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Se disfruta casi como un auto de juguete y a la vez se comprende la importancia del cuidado del ambiente y el valor de lo sustentable. Así lo destaca una y otra vez la “guía”, mientras nos habla del origen y las características de las maravillas que recorremos tanto como la necesidad de preservarlas, para nosotros y para las generaciones venideras.
Destacamos especialmente la cálida atención del personal de emobility y agregamos que podés reservar un Twizy en emob.no.
Cultura
De Geiranger nos llevamos imágenes inolvidables y una larga serie de fotos y videos.
También, como de toda Noruega, la visión de una sociedad avanzada capaz de disfrutar de la naturaleza, potenciar sus bellezas y preservarlas acentuando la sustentabilidad como una verdadera forma de vida.
Como viajeros, compartimos la alegría de lo disfrutado y el valor del mensaje.
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El entorno natural único de la zona se creó durante la última glaciación, cuando los glaciares tallaron los profundos fiordos y dieron forma a las altas montañas. No es casualidad que el Geirangerfjord hoy en día ocupe las listas de los lugares más espectaculares del mundo.
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