La Giralda, uno de los últimos bares históricos que quedan en pie en la avenida Corrientes, abierta en 1930, está a punto de cerrar sus puertas.
La Giralda ocupa la planta baja de un edificio de principios del siglo XX en Corrientes 1453. Con una austera y sobria propuesta estética, es un auténtico cafetín de Buenos Aires que no sufrió modificaciones groseras ni aluviones globalizadores.
Tiene mesas con tapa de mármol, sillas de madera, azulejos blancos, espejos biselados, ventanas guillotina a la calle y puertas vaivén. Se observa un cuadro con una lámina de la Catedral de Sevilla, La Giralda, de donde los propietarios tomaron el nombre.
La Giralda
Cualquier descripción del lugar a partir de 1951 dirá lo mismo, y este simple dato hace que este bar sea merecedor de una visita.
Chocolate con churros
La Giralda es café y chocolatería. Y eso buscan los parroquianos y turistas que la visitan. Principalmente, van por su máximo tesoro: el chocolate con churros
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Desde que falleció doña Ivonne Nodrid, esa señora mayor que siempre estaba detrás del mostrador, todo fue cambiando. Este año se hizo cargo uno de sus sobrinos y no logra reunir ni lo necesario para pagar los sueldos. Por eso, busca un comprador del fondo de comercio.
Marcelo Nodrid el heredero que asumió la responsabilidad de continuar con La Giralda, asegura que no puede:
"Me hice cargo este año del bar, porque alguien tenía que hacerlo. No tengo espaldas para seguir adelante. Hay muchas deudas, cayó el consumo y encima nos complica la refacción de Corrientes. Este mes no llego a pagar los sueldos"
Cuando Corrientes se ensanche, prometen que la avenida que nunca dormía volverá en todo su esplendor. Los empresarios gastronómicos lo saben, por eso varios se mostraron interesados por adquirir el fondo de comercio de Corrientes 1453, entre las calles Paraná y Uruguay.
Se acercaron varios, desde los dueños de Los Galgos, hasta los propietarios de Sou Café y hasta los que administran el bufete del Colegio Público de Abogados.
Nodrid explica que "estaba todo listo para cerrar el local el miércoles 28, pero dice que está terminando de acordar la venta del fondo de comercio con un interesado y puede ser que se postergue quince días.
La idea es cerrar el local lo más pronto posible, luego estará cerrado por más de un mes y supongo que lo reabrirán".
La Giralda contaba con diez mozos, la mayoría superaba los veinte años de trabajo en el bar. El año pasado cuando los responsables de la sucesión dejaron de pagar los sueldos, poco a poco, ante la necesidad y la desesperación tuvieron que dejar de trabajar para buscar changas y poder llegar a fin de mes.
Todos pasaron buena parte de su vida recorriendo los pasillos de La Giralda para servir chocolate con churros, la merienda característica del lugar. Hoy se los ve tristes y cansados.
La Giralda, uno de los pocos bares que peleaba por sobrevivir en la avenida Corrientes, tras el cierre del Bar Ramos, Politeama, El Nacional, Pernambuco, El Astral y la rara modernización del bar La Paz, pelea la posibilidad de mantenerse en pie.