La localización singular de Oslo implica oportunidades casi ilimitadas de aventura y diversión. Primavera, verano y otoño son una fiesta repleta de acción en la capital noruega.
Perfecta combinación de tradición y espíritu innovador, sus flamantes edificios y reformados barrios perfilan una nueva ciudad que mira al fiordo. Es un lugar donde el 99% de sus habitantes están contentos con su calidad de vida. Urbanismo, transportes, seguridad, museos…
Visitas imprescindibles en Oslo
Oslo, capital de Noruega, es una pequeña ciudad que ha sabido crecer sin perder su identidad, llegando a convertirse en una de las capitales más bellas de Europa. Aunque se trata de una ciudad muy moderna, aún conserva la magia de los pequeños pueblos. Desde el centro de la ciudad es posible llegar hasta un bosque en cuestión de minutos.
El eje de la visita es la calle Karl Johans, que une la plaza donde está la estación ferroviaria, con el recinto rodeado de jardines donde se encuentra el Palacio Real.
Toda esta zona céntrica del Oslo actual es el lugar donde se reconstruyó la ciudad tras el gran incendio de 1624. Oslo es una ciudad relativamente moderna que renació junto a la Fortaleza de Akershus.
Fortaleza de Akershus
Este complejo fortificado del siglo XIV, que incorpora un castillo que fue reconstruido en estilo renacentista en el siglo XVII, se levanta a orillas del fiordo y junto al puerto de la ciudad.
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Galería Nacional
La Galería Nacional de Oslo acoge la mejor de las colecciones artísticas del país, incluyendo la versión más conocida de la obra “El Grito” de Edvard Munch, quien le legó a la ciudad toda su obra. Por eso, sus huellas perviven en el Oslo de ayer, en el de hoy y también en el de mañana.
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Stortinget - El Parlamento
El edificio de Stortinget data de 1866 y es la sede de la asamblea nacional noruega (Parlamento).
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Palacio Real de Oslo
El Palacio Real de Oslo (Kongelige Slott) es la residencia oficial y el edificio de representación y trabajo de los reyes de Noruega en Oslo. Fue construido en el siglo XIX,entre 1823 y 1848, con planta en forma de U.
Tras la independencia de Noruega en 1905 el palacio, que no había sido demasiado utilizado por los reyes suecos, pasó a ser patrimonio de la Casa Real Noruega.
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Museo de barcos vikingos
Contiene algunos de los barcos vikingos mejor conservados del mundo además de una gran colección de hallazgos de la época.
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Parque de Vigeland
Conocido como “El Parque de las Esculturas” es el parque más importante y conocido de todo el país. Situado en una zona residencial de Oslo, con más de 32 hectáreas, expone 200 esculturas de bronce, granito y hierro forjado creadas por Vigeland, que además hizo el diseño arquitectónico de todo el espacio.
Los dos grandes artistas noruegos, Vigeland y Munch, compartieron época e inquietudes. Aunque la relación entre ellos no fue la mejor, ambos comparten protagonismo artístico, que guarda el grueso de la obra, tanto del escultor como del pintor.
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Ópera de Oslo
Este nuevo edificio icono de la capital de Noruega se ha convertido en uno de los lugares imprescindibles, tanto por su original arquitectura, como por la posibilidad de ver unas de las mejores vistas panorámicas de la ciudad.
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La Opera de Oslo fue inaugurada en 2008, y es el resultado del curioso diseño del estudio de arquitectura noruego Snohetta. Es un edificio que permite que, simplemente paseando, sin subir escaleras o a un ascensor, puedas llegar hasta el techo para disfrutar de las vistas panorámicas maravillosas de Oslo.
El Fiordo de Oslo
La privilegiada situación de Oslo, en la cabecera del fiordo del mismo nombre, ofrece la posibilidad de recorrer este entrante marino visitando las pequeñas islas situadas cerca de la capital noruega.
Las líneas de ferry 92 y 93 que las conectan con tierra firme pertenecen al sistema público de transporte de la capital noruega.
Holmenkollen
Zona montañosa situada a las afueras de la ciudad en la que se puede pasear, visitar el Museo del Esquí y ver una de las pistas de salto de esquí más conocidas e impresionantes.
¿Es Oslo una ciudad cara?
A pesar de que Oslo es una ciudad relativamente pequeña, su elevado nivel de vida la convierte en una de las ciudades más caras del mundo.
En tu día a día en Oslo, una cerveza te costará de 6 a 10 euros; un capuchino, 4 euros; una copa, 12 euros; y comer en un restaurante normal, de 40 a 60 euros.