Hace casi cinco siglos un grupo de exploradores europeos divisó sobre las costas del Nuevo Mundo, fuegos dispersos y grandes columnas de humo como consecuencia de las fogatas de los nativos. Quizás esta fue la razón por la que los conquistadores dieron a esta isla el nombre de Tierra de Humo que posteriormente se llamó Tierra del Fuego.
También podés leer: Qué hacer en Ushuaia: disfrutá de su impactante naturaleza
Ushuaia: la ciudad del Fin del Mundo
Hoy en día sus visitantes siguen quedando impresionados por este archipiélago formado por numerosos islotes e islas pequeñas, especialmente por la ciudad de Ushuaia.
Ushuaia es la capital de la Provincia de Tierra del Fuego (Argentina). La ciudad a pesar de no ser muy grande, ofrece diferentes actividades gracias a su valioso y cuidado entorno natural.
Una de las actividades más demandadas por los turistas es navegar por el Canal de Beagle. Desde alta mar se obtiene una panorámica única de la ciudad
Otra de las posibilidades es la de realizar una visita al Parque Nacional Tierra del Fuego, caracterizado por integrar paisajes de costa, bosque y montaña. Otro de los grandes atractivos de este lugar, son los profundos valles bañados por ríos y lagos alimentados por agua durante el periodo de deshielo.
El Lago Fagnano y Escondido es otra de las visitas clásicas, que permite conocer el entorno de la ciudad, y la belleza natural de la provincia. Los fuertes son los puntos panorámicos, y es ideal para los amantes de las fotografías ya que el cielo y la montaña se funden en una vista única.
Un paisaje imponente, calmo, precioso, donde se respira tranquilidad y se siente la paz
Los amantes de la historia y las curiosidades, podrán visitar el Museo Marítimo y la famosa cárcel del Fin del Mundo. El primero da una imagen de las grandes proezas de los navegantes de aquellos confines. El segundo cuenta las historias de los hombres condenados a vivir en tal duras condiciones.
Sus celdas además de presos comunes han albergado presos políticos, por lo que la visita está llena de curiosidades e historia. El pabellón que se conserva en sus condiciones originales da escalofríos, y se siente en carne propia lo que debe haber sido vivir allí en aquél entonces, en aquel lugar, en el fin del mundo.
Los amantes de los animales tienen una cita obligada en la Isla de los lobos, una reserva marina en la que se encuentran más de 15.000 lobos marinos nadando alrededor de los barcos de pesca y cerca de la lonja, esperando que arrojen los despojos del pescado.
“La ciudad del Fin del Mundo” tiene preparado para el visitante todo tipo de actividades. Comenzando por las deportivas que van desde navegación, trecking, esquí, golf, buceo y escalada en hielo, hasta culturales para poder adentrarse en la verdadera historia que le dio vida a este hermoso lugar hace poco más de 100 años.
Para destacar: el servicio de hotelería de primer nivel, y encantadores restaurantes donde disfrutar de una centolla o un cordero patagónico a la cruz.
Según cuentan los pobladores, su nombre en lengua yamana significa “bahía mirando al poniente”. Y es por ello también un destino por excelencia para el amarre de importantes cruceros. Posee un aeropuerto internacional con modernos equipamientos que le garantizan operatividad más allá de las condiciones climáticas.
A nivel turístico, representa el último eslabón del corredor Austral compuesto por Bariloche y El Calafate, puerta de entrada al continente Antártico.
Si hacés el camino por Ruta 3 de Río Grande a Ushuaia, tené cuidado con la época de los guanacos que suelen cruzarse en el camino. Mirá este video:
También podés seguir leyendo: