La aerolínea Thai Airways ha ideado un plan para instalar un nuevo modelo de asiento en 'business' para sus nuevos jets 787 Dreamliner, en el que no cabrán aquellos con una cadera superior a los 142 centímetros de circunferencia, según informó 'The New York Post'.
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También se verán obligados a viajar en clase turista los padres que lleven al bebé en la falda, en base a esta nueva disposición que además pretende instalar airbags con cinturones de seguridad.
"Los pasajeros con una cintura superior a los 142 centímetros de ancho no podrán abrocharse los cinturones, de acuerdo a los estándares de seguridad"
Así lo explicó el vicepresidente del departamento de seguridad de la compañía aérea, Prathana Pattanasiri, en unas declaraciones recogidas por 'Mandatory'.
"Las personas que superen dicha medida no podrán ponerse el cinturón debido al mecanismo del 'airbag'"
El objetivo es evitar que la cabeza impacte contra el respaldo del asiento delantero en caso de accidente o de frenazo repentino.
La empresa fabricante de dichas bolsas de aire, AmSafe describe el aparato como "un sistema de retención modular autónomo diseñado específicamente para mejorar la protección de los ocupantes ante lesiones graves en el cráneo, con el objetivo de garantizar la supervivencia en caso de un incidente aéreo grave", explica en 'The Independent'.
El objetivo es evitar que la cabeza impacte contra el respaldo del asiento delantero en caso de accidente. Además el peso del pasajero aumenta el gasto de combustible. El primer elemento representa el mayor coste de operación de un vuelo, mientras que el segundo factor es una importante fuente de ingresos de las compañías aéreas, informa 'Aeronauticapy'.
"Thai Airways le invita a un viaje más suave que la seda en nuestros elegantes asientos de clase ejecutiva inspirados en la rica y amplia cultura de Tailandia"
De esta forma promociona la empresa este servicio específico para empresarios. "Sean cuales sean sus necesidades, le aseguramos que estará perfectamente equipado para descansar y relajarse, o bien ponerse al día en el mundo de los negocios".
El tema ha desatado la polémica, y tanto pasajeros como organizaciones de derechos humanos han criticado duramente esta medida. No es nada nuevo que el pasado mes de noviembre la aerolínea Finnair anunció que iba a pesar de forma voluntaria a todos sus pasajeros antes de entrar al avión.
"Queremos asegurarnos de tener la mejor información posible de los cálculos totales de la carga y reducir costes operativos", anunció Päivyt Tallqvist, director de comunicación de Finnair, en unas declaraciones recogidas por 'The Sun'.
"Es puramente voluntario y anónimo, y solo el encargado de atención al cliente ve la cifra"
Estas políticas de obesidad plantean algunos problemas un tanto delicados. ¿Quién decide si alguien encaja en el asiento y cuándo lo decide? ¿Una azafata después de embarcar a todos los pasajeros? ¿En el mismo check-in? ¿Llegará el día en el que antes de subir al avión tengamos que sentarnos en un asiento de prueba, al igual que sucede con las normas relativas al equipaje de mano?
La solución, a simple vista, parece simple: disponer de asientos muchos más anchos en los aviones. De la misma forma que se ofrece un servicio premiun con más espacio para las piernas, se podría patentar que los aviones tuvieran menos asientos pero más anchos, apuntan desde la web 'Smarter Travel'.
La aerolínea Hawaiian Airlines también restringió la asignación de asiento en los vuelos entre Samoa y Hawái, pero la medida fue muy polémica, ya que las islas de Samoa es famosa por tener un alto volumen de población con sobrepeso, según informa 'Aeronauticapy'. Tanto es así que en 2013 quiso cobrar un precio adicional a sus pasajeros alegando que "el peso es fundamental en las operaciones aéreas".