Dublin, capital de Irlanda, fue fundada por los vikingos a principios del siglo IX y es la ciudad más poblada de la isla. Descubrirás que es a la vez moderna e histórica.
Con un pasado de guerras y conflictos, es hoy una capital rica en historia, con una constante adaptación al mundo moderno.
Dublín: la capital de Irlanda
Se trata de un lugar para perderse en sus verdes jardines y disfrutar de agradables veladas degustando una cerveza Guinness en cualquiera de las cientos de tabernas y pubs tradicionales. Ciudad ideal para una visita de fin de semana.
Para Lonely Planet:
“Hoy Dublín es una ciudad de lo más cosmopolita, con mucha gente, energía e ideas que infunden nuevos sabores y colores a esta ciudad seductora y diversa”
La mejor forma de comenzar la visita es acercándose al barrio más vivo de Dublin, Temple Bar, zona de bares, pubs, restaurantes y música callejera. Es uno de los barrios más antiguos y carismáticos de la capital. Sus estrechas y adoquinadas calles constituyen el mayor centro cultural y de ocio de Dublín.
En ese barrio, antes de cenar, podés tomar una Guinness en Oliver St. John Gogarty o en Temple Bar, dos de los pubs irlandeses más famosos de la zona.
La Biblioteca del Trinity College posee la mayor colección de manuscritos y libros impresos de Irlanda. Desde 1801 recibe un ejemplar de todas las obras publicadas en Irlanda y Gran Bretaña. Actualmente posee casi tres millones de libros.
La Fábrica de Guinness con su Gravity Bar: la cerveza Guinness es para los irlandeses todo un símbolo nacional.
En la Guinness Storehouse, descubrirás un agradable lugar en la última planta, desde el que se pueden admirar las vistas de la ciudad y podrás degustar una pinta de la tradicional cerveza.
Imperdibles de Dublín
Antigua Destilería Jameson
Fue fundada en 1780 y, durante más de 200 años, fue la casa central de una de las destilerías de whisky más famosas del mundo.
Hoy en día alberga un imperdible museo en el que los visitantes pueden observar y deleitarse con el proceso de elaboración de una de las bebidas más elegidas por la gente alrededor del globo.
El guía y el recorrido en general acompaña un proceso histórico que comenzó hace más de 200 años y muestra la evolución de la bebida irlandesa.
Epic: Museo de la emigración irlandesa
Ubicado dentro de la Custom House Quay. Actualmente es un centro comercial pero antes era un almacén del puerto en el que se podía comprar con facilidad tabaco y vino.
El museo abrió sus puertas en 2016 y es un viaje histórico para mostrarle al mundo la emigración irlandesa, haciendo foco en las causas y consecuencias de los miles de nacidos en Irlanda que debieron salir al Mundo.
A través de fotos, videos, textos y actividades interactivas, se muestran los diferentes años de emigración y cómo fue, en general, la vida de los irlandeses en los distintos lugares a los que se fueron. Además, en la entrada, se te entrega un pasaporte que en todas las salas podrás sellar por lo que, al finalizar tu recorrido, deberás tener todos los sellos de los distintos países.
Kilmainham Gaol
En sus orígenes, en 1796, fue una cárcel que recibió el nombre de "New Gaol" ya que se inauguró con el objetivo de reemplazar a la antigua cárcel de Dublín. En la actualidad es un museo muy visitado por los turistas que llegan a la capital irlandesa.
Es que aquí se apresaron a muchos líderes de las revueltas por la independencia, por lo que es considerado un lugar muy importante en la historia de Irlanda, ya que aquí se confinaron y luego ejecutaron a cientos de líderes de las rebeliones de 1798, 1803, 1848, 1867 y 1916.
En 1924 la cárcel cerró sus puertas definitivamente por lo que el último preso que estuvo tras sus celdas fue el copropietario de "The Irish Press", Éamon de Valera, quién salió en libertad mediados de julio de ese año.
Por otro lado, a partir de la década del 60 empezó a usarse como set de filmación de diversas películas por lo que, en la década del 70, sufrió una remodelación para que tanto las imágenes que se tomaran como las visitas que se recibieran, sean en un lugar seguro, sin perder la "tenebrosidad" de una cárcel que no distinguía ni de sexo ni de edades.
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