Es un destino que muchos miran con interés, pero también con reservas. Suena (y es) exótico, lejano, misterioso. Sin duda es otro mundo, un mundo que recomiendo poner hoy mismo en tus planes de viajes ya que es realmente increíble. Acabo de volver de este maravilloso rincón africano y, para insipirar y ayudar, comparto algunas recomendaciones y consejos para viajar a Egipto. 

Visité Egipto en el mes de julio y es una buena opción. Si bien es la época de más calor, es temporada baja y los precios suelen ser un poco más económicos. Además, las principales atracciones se pueden disfrutar sin chocarse con palos de selfies y zigzaguear entre infinidad de turistas de todo el mundo.

A continuación dejo algunos consejos para planificar bien el viaje y que tus vacaciones en Egipto no se arruinen con ningún imprevisto y puedas disfrutarlo sin perderte sus múltiples encantos.

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Tierra de otras costumbres

En Egipto la religión oficial es la musulmana, cuyas costumbres son muy diferentes a lo que estamos acostumbrados. Si no la explorás y aprendés un poco sobre ella antes del viaje, podés encontrar que sus lógicas son tan distintas que pueden impactarte al punto de no permitirte disfrutar. Así que... ¡Cabeza abierta y ganas de entender sin juzgar!

Las costumbres musulmanas son muy diferentes y uno se siente ajeno. A pesar de ésto, según explican los guías locales que me enseñaron muchas cosas durante cada una de las excursiones, Egipto es el menos ortodoxo de todos los países que practican la religión musulmana. Es, explican, el más flexible y tolerante en algunas cuestiones.

Hecha esta pequeña introducción, les voy a recomendar a las mujeres que siempre que caminen por las calles egipcias, sobre todo en El Cairo, lo hagan tapadas. Con tapadas me refiero a una pollera o pantalón que cubra las piernas hasta los tobillos. Respecto de los brazos, lo ideal es llevar remeras de manga larga que cubran hasta la muñeca, aunque en mi caso eso no lo sabía y sólo usé remeras que me tapen los hombros. Eso sí: es recomendable tener los hombros tapados siempre.

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Si hablamos del pelo, muchas personas me dijeron que para pasar desapercibida me ponga yo también un pañuelo en la cabeza. La realidad es que si no sabés colocártelo correctamente, como lo usan las mujeres locales, se nota y termina siendo lo mismo que nada. Es más: puede ser peor y ser considerado una falta de respeto.

El uso de shorts, polleras cortas o musculosa solo pude hacerse en excursiones que no impliquen una recorrida por la ciudad, como fue el caso de la visita a las Pirámides o al Valle de los Reyes, donde los únicos que se encontraban en el lugar eran otros turistas como yo.

Recomendación especial: si querés visitar la majestuosidad de las mezquitas, no te olvides de llevar un pañuelo o pashmina para cubrirte la cabeza, el cuello y los brazos. En las entradas se pueden tomar prestadas algunas, pero por una cuestión de higiene lo mejor es llevarse una propia.

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Contratar excursiones y traslados con anticipación

Es recomendable que todas las excursiones las hagas con un tour. Al momento de pensar mi viaje, tuve algunas ideas que hoy jamás aconsejaría: pensé en ir sola a las Pirámides o a Alejandría tomando el tren, y al llegar tuve que desterrar esos planes porque resultaba súper complejo para un turista que no conoce la cultura ni entiende el idioma.

Lo mismo aconsejo para los traslados del aeropuerto al hotel y viceversa. En mi caso, llegue a la ciudad de El Cairo a la una de la mañana y, si no me hubieran estado esperando, llegar al hotel hubiera sido realmente imposible. Primero, por la lejanía del aeropuerto al centro y, segundo, porque no había transportes públicos disponibles.

En tercer lugar, y es quizás algo más personal, las calles son poco iluminadas, lo que lo hace un lugar poco amable para estar caminando recién llegados a un país con costumbres tan distantes a las nuestras y cargados de valijas.

Hospedaje: dónde alojarse en El Cairo

En lo que se refiere al hospedaje, lo que sugiero es que contrates un hotel en pleno centro. En mi caso, me hospedé en un hotel que estaba a tres cuadras del Museo Egipcio. Estaba muy bien ubicado, ya que las calles que lo rodeaban estaban algo iluminadas y era posible caminar por allí sin problemas, ya que la gente de la zona estaba un poco más habituada a los turistas.

También por allí se encuentran algunos lugares para comer y siempre es una buena opción que estén cerca de los hoteles, sobre todo para volver rápido a la noche, luego de cenar.

Debido a las altas temperaturas que hay en verano, la gente aprovecha la caída del sol para pasear y hacer compras. Por eso es que las calles del centro se encuentran repletas de gente caminando durante la noche. Se pueden encontrar variedad de locales, en especial de ropa y telas.

El hotel que reservé en El Cairo no tenía pileta pero hubiera sido una buena opción para los tiempos muertos que quedan entre excursión y excursión o para los días libres. Las temperaturas son muy altas y un rato en la piscina siempre es una alternativa tentadora.

En Luxor y Aswan, por ejemplo, es más común encontrar hoteles que brinden este servicio, y realmente no deberías dejarlo pasar. Disfruté muchísimo un rato de pileta todos los días, y no dejé de hacer nada de lo que tenía planeado.

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Si bien la mayoría de los hoteles tiene aire acondicionado, es un detalle que no se puede olvidar al momento de elegir dónde pasar la noche.

Picante o nada

Las diferencias culturales que mencionaba anteriormente incluyen a la gastronomía. En Egipto tienen la costumbre de condimentar mucho las comidas. Particularmente, no me gustan las especias ni lo picante, y sinceramente hubo días en los que hubiera deseado tener un delivery de comida argentina para no pasar hambre. Pero sé que también es una cuestión de gustos: hay quienes prefieren las comidas bien sabrosas y probar platos típicos y Egipto es un lugar especial para ello.

Los condimentos que más usan son la pimienta negra y el comino. También te dan la opción spicy pero esa hay que pedirla aparte. En las demás comidas, los condimentos vienen sin posibilidad de rechazarlos, ya que los usan para cocinar. Debido a este motivo terminé comiendo muchas veces en grandes cadenas de comidas rápidas, ya que muchas veces las comidas rápidas del país también estaban influenciadas por el sabor típico que las caracteriza.

Un detalle que me sorprendió y me dió la pauta de la cantidad de condimentos que usan es que en los restaurantes usan los porta condimentos al revés de lo que estamos acostumbrados. El que tiene tres agujeros es para la pimienta -en Argentina ese es para la sal- y, el que tiene uno, es para la sal, al contrario de nuestro país donde ese corresponde a la pimienta.

Oídos sordos

Por favor, a ponerlo en práctica en Egipto. En el país no hay semáforos, sólo algunos pocos en algunos lugares estratégicos, pero no se respetan y es lo mismo que nada. Creo que ya se pueden imaginar el resto.

Las bocinas son constantes y sin motivo. Descubrí que las usan para saludarse, insultarse, alertar a alguien, pasar primero o, a veces, simplemente van manejando y tocando igual, como si fuera una música.

Para nosotros, que no estamos acostumbrados, la verdad es que es bastante molesto, sobre todo porque empiezan a la mañana temprano y continúan hasta la noche.

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En relación a ésto, debo contarles también que, al no haber semáforos, cruzar la calle puede resultar toda una odisea. En mi caso probé parándome en la esquina para ver si algún considerado frenaba o, al menos, disminuía la velocidad, pero eso jamás ocurrió: terminé cruzando por donde pude cuando veía que pasaban menos autos. Otra opción es agruparse con algunas personas que también deseen cruzar y mandarse en grupo con mejor suerte.

Cuidados del sol

Como ya comenté más arriba, Egipto es un país muy caluroso en casi todas las épocas del año. En el invierno, que tiene lugar entre los meses de diciembre a marzo, las temperaturas oscilan entre los 25 de máxima a 10 grados de mínima. Durante el verano, que va desde julio a septiembre, las temperaturas no descienden de los 28º y, en el día, superan los 35 grados, llegando a los 40º. A medida que se va hacia el sur del país las temperaturas aumentan aún más.

Por este motivo, lo más recomendable es, a pesar del calor, usar ropa que nos cubra la piel y que sea suelta y cómoda. A mí las polleras largas y remeras livianas me salvaron de los rayos del sol, que pegan muy fuerte y pueden causarnos quemaduras no deseadas. Las excursiones al aire libre empiezan bien temprano para protegerse de los rayos fuertes del sol del mediodía.

Entonces, lo recomendable es: ropa suelta y de colores claros, en especial blanco y colores naturales, ya que los oscuros como el negro u otros colores atraen más el calor y pueden provocar una sensación sofocante. En mi caso, usé remeras blancas y me fue muy bien.

También, otro consejo fundamental es llevar protector. Luego de caminar y recorrer los templos y Pirámides al aire libre, la piel se quema si no se la protege con un bloqueador o protector solar de un factor alto. No quisiéramos perdernos un día de vacaciones por olvidarnos de un detalle tan simple.

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Señas o inglés

Cómo ya sabemos, el inglés se convirtió en el idioma universal y, lamentablemente, si no sabemos al menos algunas palabras, resulta bastante difícil comunicarse en otro país que no sea de habla hispana.

En mi opinión, no es necesario saber inglés a la perfección, pero sí lo necesario para poder comunicar y transmitir algunas cuestiones básicas, como por ejemplo en qué dirección caminar o los horarios de salida y llegada.

En Egipto no todo el mundo habla ese idioma. Me crucé con gente que no lo hablaba y se me dificultó la comunicación, pero siempre que se tengan ganas y un poco de voluntad vas a llegar a destino o resolver lo que necesites.

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En relación a los tours, me encargué de contratar excursiones con guías en español. Los hay en todos los idiomas.

Para ahorrar

Como último consejo, cuento algo que me sirvió muchísimo y fue de pura casualidad. Llevar la tarjeta de estudiante o algo que certifique que se estás estudiando puede ahorrarnos varias Libras Egipcias.

Las entradas a templos y museos tienen precios diferenciales según la nacionalidad -los egipcios pagan menos que los turistas extranjeros-, si se es estudiante o no, si se es menor de edad o mayor de 65 años. En estos lugares, los descuentos ascienden hasta 50% del valor total de la entrada, por lo que al final del día resultan varias Libras menos. Consejo clave: no olvidarse algún documento que certifique nuestra edad o estudios.

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