Es común que los niños desarrollen temores, especialmente en respuesta a una experiencia perturbadora. Hay varias medidas que podemos tomar en casa para ayudar a su hijo a entender mejor y familiarizarse con sus temores. A medida que eso ocurra, probablemente el temor se vuelva menos abrumador y, aunque no desaparezca completamente, tu hijo podrá controlarlo con más eficacia.
Lo primero que podemos hacer es trabajar con él para ayudarlo a controlar el temor. Es clave mantener la calma y motivarlo a superarlo. Toda interacción relacionada con ese tema debe ser cálida y de apoyo, dejándole saber que lo querés, que lo entendés y que deseás ayudarlo.
Segundo, tranquilizarlo respecto a que ésto que le ocurre es algo normal. Todos sentimos temor por algo y no hay nada malo en temer una situación que en algún momento anterior nos asustó. Es perfectamente comprensible sentir temor a volar cuando se ha tenido una mala experiencia en un avión; sin embargo, eso no significa que uno tenga que evitar la situación, ya que hay maneras de reducir el temor.
Una buena manera de ayudar a controlar los temores es obteniendo más información acerca de su causa. A fin de ayudar a tu hijo a hacerlo, brindale información básica sobre la seguridad general de los viajes en avión. Podés recurrir a fuentes confiables que él pueda leer o a las que él mismo pueda remitirse. No le digas simplemente “volar es seguro, no te preocupes”, porque a menos que seas piloto o experto en aviación, tu palabra probablemente no sea suficiente para tranquilizarlo por el momento. Además, podés instruirlo acerca de lo que es la turbulencia y sus causas. Entender por qué ocurre algo puede hacerlo más predecible y comprensible, aparte de menos atemorizante.
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Luego es importante ayudar a tu hijo a sentir menos ansiedad cuando piense en volar al enfrentar sus temores, en lugar de evitarlos. Procurá encontrar videos sobre la turbulencia y miralo solo primero a fin de verificar que son adecuados para tu hijo, y luego compartilos. Véanlos juntos una y otra vez hasta que se vuelvan aburridos. Ese tipo de exposición a una situación atemorizante dentro de un ambiente seguro puede gradualmente reducir la ansiedad sobre la situación en general.
Se puede adoptar el mismo método con las pesadillas. Pedile que te cuente en detalle esos sueños perturbadores y luego hacele escribir todo lo que él pueda recordar al respecto. Revisar los detalles y hablar con él sobre los sueños hasta que ya no susciten una respuesta de temor.
Al examinar y entender mejor lo que le atemoriza, ayudás a tu hijo a ver que sí es capaz de controlar sus temores. Pese a que eso tal vez no haga desaparecer completamente el miedo a volar y a que él todavía pueda sentirse incómodo al subir a un avión, tomar estas medidas con tu hijo le permite ayudarlo a disminuir el poder que el temor tiene sobre él.
Si pese a intentar con estas técnicas tu hijo sigue con miedo a volar, podés considerar hacerle una cita con un psicólogo experimentado en niños y adolescentes con problemas de ansiedad.
Fuente: Dr. Stephen Whiteside de Psiquiatría y Psicología de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.
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