Al atravesar las murallas de Dubrovnik pensarás que es posible cruzarte con un Lannister o ver un dragón sobrevolando el puerto. Cualquier calle trae recuerdos de alguna escena de Juego de Tronos. Es una ciudad bella, bellísima, con una ubicación perfecta a orillas de un mar tan tranquilo como turquesa.
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Dubrovnik es conocida como la perla del Adriático y es considerada por muchos viajeros como una de las ciudades más bellas de Europa. Esta pequeña villa croata, no llega a los 43.000 habitantes y los visitantes, en temporada alta, suelen superar en cifra a los habitantes.
Dubrovnik, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, muestra sus calles que son un reflejo de sus 1.500 años de historia en los que estuvo en manos de imperio de Bizancio, formó parte de Venecia, de los reinos de Napoleón y del Imperio Austro-Húngaro, se integró a Yugoslavia y tras la guerra de los Balcanes forma parte de Croacia.
Este intenso pasado tiene su huella en las calles, principalmente en el interior de su famosa muralla
Qué ver en Duvrobnik
En Dubrovnik no solo encontraremos preciosas playas de piedra con un encanto inusual, si no también oferta cultural para aquellos que quieran disfrutar de un lugar plagado de elegancia, y edificios que los trasladaran a una época en la que el lujo y la ostentación eran los protagonistas.
La muralla
Dubrovnik es una ciudad completamente amurallada. La estructura tiene unos 2 km de longitud y se puede recorrer en su totalidad. La visita vale la pena, aunque solo realices una parte del trayecto.
Desde allí obtendrás vistas espectaculares de la ciudad y de la costa Dálmata. Además, hay lugares para descansar y tomar algún refresco.
La Calle Stradun
Al interior de la ciudad se puede acceder atravesando diferentes puertas. La más recomendable para iniciar el recorrido es la puerta Pilé, que conecta directamente con la calle Stradun o Placa, que es la vía principal.
Se trata de una calle ancha y bulliciosa que alberga edificios de diferentes épocas:
- Monasterio Franciscano del s. XVII
- Fuente de Onofrio
- Columna de Orlando
- Palacio de Sponza que acoge al Museo de los Héroes
Junto a la fachada principal del Palacio Sponza se encuentra una calle estrecha y empinada que conduce al Convento de los Dominicos, construido ente los siglos XIV y XVI, y a la Puerta Ploce, otro de los accesos más destacados a la ciudad.
En una vía perpendicular a la calle Stradum se encuentra la iglesia de San Blas, Patrón de la ciudad, y el Palacio de los Rectores, en la actualidad sede del Museo de Historia.
Cerca de allí se alza la catedral de la Asunción, que aglutina elementos góticos, renacentistas y barrocos. Todos los edificios y monumentos están bastante cerca unos de otros y se pueden recorrer a pie.
El puerto
El puerto de Gruz, situado en una gran bahía al oeste de Dubrovnik, también merece una visita. A pesar de los cruceros y de la presencia constante de turistas, es un lugar muy interesante para tomar algo o cenar. De allí parten autobuses que conectan con el casco antiguo y con zonas periféricas de la ciudad.
Huella de la guerra de los Balcanes
Los efectos de la guerra son visibles en algunas zonas del recorrido por Dubrovnik. Aunque la muralla permaneció intacta, buena parte de la ciudad quedó destruida por los bombardeos de diciembre de 1991. Algunas áreas han sido reconstruidas, pero también hay solares vacíos y zonas derruidas.