
Visitar Logroño es sumergirse en una ciudad que combina historia, cultura, gastronomía y un ambiente vibrante en cada una de sus calles. Situada en el corazón de La Rioja, esta capital de provincia se ha convertido en un destino imprescindible para los amantes del vino, la buena mesa y los viajes cargados de tradición.
Aunque muchas veces se la asocia únicamente con su famosa Calle del Laurel y sus pinchos, Logroño ofrece mucho más. Desde paseos históricos y visitas a bodegas centenarias hasta rutas por espacios naturales y experiencias culturales únicas, hay una amplia variedad de planes para disfrutar en esta ciudad.
Si te preguntas qué hacer en Logroño, este artículo te guiará a través de las mejores experiencias que no pueden faltar en tu visita.
Qué vas a encontrar en esta nota:

Qué hacer en Logroño: 8 imperdibles
Aquí descubrirás desde monumentos emblemáticos hasta lugares con encanto escondidos que te harán enamorarte de esta ciudad riojana. Prepárate para conocer los mejores rincones de Logroño y planificar una escapada inolvidable.
Pasear por la Calle del Laurel y disfrutar de sus famosos pinchos
Uno de los imprescindibles en Logroño es recorrer la Calle del Laurel, el epicentro gastronómico de la ciudad. Este estrecho pasaje peatonal está repleto de bares y tabernas donde es tradición pedir un "pincho" acompañado de un buen vino de Rioja. La oferta es variada y cada local suele destacar por una especialidad única, como el "cojonudo" (huevo de codorniz con chorizo), la oreja a la plancha o los champiñones al ajillo.
Más allá de la gastronomía, la Calle del Laurel es un punto de encuentro tanto para locales como para turistas. Su ambiente animado y su encanto la convierten en un lugar perfecto para vivir la esencia de Logroño. No olvides que en los alrededores también encontrarás otras calles con propuestas similares, como la Calle San Juan y la Calle Albornoz, ideales para seguir explorando la oferta culinaria riojana.
Recorrer el Puente de Piedra y el Ebro
El Puente de Piedra, también llamado Puente de San Juan de Ortega, es una de las postales más icónicas de Logroño. Construido en el siglo XIX, conecta la ciudad con el Camino de Santiago y ofrece unas vistas espectaculares del río Ebro. Es un lugar perfecto para hacer fotografías, sobre todo al atardecer, cuando la luz dorada ilumina los edificios históricos y crea un paisaje inolvidable.
Si te gusta caminar, puedes seguir el paseo junto al río Ebro y descubrir otros rincones naturales de Logroño. La ciudad cuenta con espacios verdes ideales para desconectar del bullicio urbano y disfrutar de la tranquilidad del entorno.
Visitar la Concatedral de Santa María de la Redonda
Ubicada en pleno casco antiguo, la Concatedral de Santa María de la Redonda es uno de los edificios religiosos más impresionantes de Logroño. Su construcción comenzó en el siglo XVI y destaca por sus dos torres gemelas barrocas, conocidas como las "Torres Gemelas de La Rioja". En su interior alberga una obra atribuida a Miguel Ángel, una joya poco conocida que sorprende a los visitantes.
Además de su importancia arquitectónica, la concatedral es un símbolo de la ciudad y un punto de referencia para los peregrinos del Camino de Santiago. A pocos metros de aquí, podrás recorrer calles llenas de historia y rincones con encanto que te transportarán a la época medieval.

Descubrir la Plaza del Mercado y su ambiente
La Plaza del Mercado es el corazón de Logroño y un lugar perfecto para disfrutar del ambiente local. Rodeada de bares, cafeterías y terrazas, esta plaza es un punto de encuentro tanto de día como de noche. Aquí se celebran eventos culturales, mercadillos y festividades, lo que la convierte en un espacio dinámico y lleno de vida.
Desde la Plaza del Mercado se pueden iniciar diversas rutas para explorar el casco histórico de Logroño. Sus alrededores esconden calles con historia, edificios con encanto y rincones perfectos para perderse y descubrir la esencia de la ciudad.
Visitar el Espacio Lagares y aprender sobre la cultura del vino
El Espacio Lagares es un centro de interpretación donde los visitantes pueden conocer la historia del vino en La Rioja. Ubicado en un antiguo lagar restaurado, este espacio ofrece exposiciones y actividades relacionadas con la tradición vinícola de la región.
Es una visita ideal para quienes desean aprender más sobre la elaboración del vino antes de recorrer alguna de las bodegas cercanas. Además, se encuentra en el casco antiguo de Logroño, por lo que se puede combinar con otras visitas culturales.
Explorar la Muralla del Revellín
La Muralla del Revellín es uno de los pocos restos que quedan de la antigua fortificación de Logroño. Construida en el siglo XVI, esta muralla jugó un papel clave en la defensa de la ciudad. En la actualidad, se ha convertido en un atractivo turístico donde se pueden ver cañones y otros elementos históricos.
Pasear por esta zona permite entender la importancia estratégica que tuvo Logroño en diferentes épocas y disfrutar de una perspectiva única de la ciudad.
Hacer una visita a una bodega tradicional
Ningún viaje a Logroño está completo sin visitar una bodega. La Rioja es una de las regiones vinícolas más prestigiosas de España y muchas bodegas ofrecen visitas guiadas donde se pueden conocer los procesos de producción y realizar degustaciones.
Entre las bodegas más cercanas a Logroño se encuentran Marqués de Murrieta, Bodegas Ontañón y Franco-Españolas, cada una con su historia y características particulares.
Disfrutar de un paseo por el Parque del Ebro
El Parque del Ebro es un pulmón verde dentro de Logroño y un lugar ideal para relajarse. Sus senderos permiten pasear junto al río, hacer ejercicio o simplemente disfrutar de la naturaleza. En primavera y verano, el parque se llena de vida con personas que salen a disfrutar del buen tiempo.

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