
Los guías no exageran ni un poquito cuando aseguran que Praga es una ciudad salida de un cuento de hadas. Una ciudad colonizada por cúpulas, torres, arcos góticos y donde el patrimonio histórico se protege con recelo.
Aunque el idioma checo es impenetrable, es muy sencillo moverse por la capital de República Checa.
LA CIUDAD VIEJA
El centro histórico de Praga es de esos lugares a los que se los puede recorrer 20 veces y siempre se descubrirá algo nuevo. Y también te perderás 20 veces entre callejones adoquinados sin salida, callejuelas zigzagueantes y una colección de construcciones históricas con siglos y siglos sobre sus tejados, desde los tiempos medievales.
Declarada Patrimonio de la Humanidad, atesora arquitectura románica, gótica, barroca, renacentista y rococó con la suerte a favor, porque no fue destruida durante las guerras
Recorriendo Praga
Hagamos un recorrido por este mágico lugar:
EL PUENTE DE CARLOS
A las 7, mientras la ciudad se va despertando, es el mejor momento para recorrer los 516 metros del puente de Carlos, el más antiguo de la ciudad, que cruza el río Moldava.

Con las primeras luces se pueden descubrir los detalles del puente de piedra, construido por el emperador Carlos IV en 1355. También admirar las 31 estatuas barrocas de santos que adornan cada lado del puente. Y tocar, como indica la tradición la escultura de San Juan de Nepomuceno y pedir un deseo.
Después de esa hora, la marea de turistas lo hará imposible.

EL CASTILLO DE PRAGA
La imponente silueta se ve desde lejos, en lo alto de una cima, sin nada que la obstruya. De hecho están prohibidas las construcciones altas en la zona histórica. Es el castillo más grande del mundo y el más importante del país. Pero más que un castillo es una pequeña ciudadela medieval, con iglesias, palacios y callejuelas que demanda buena parte del día recorrerlo.
No hay que perderse la catedral de San Vito, de estilo gótico, que comenzó a construirse en el siglo XIV por iniciativa de Carlos IV, el mismo emperador que construyó el puente y la ciudad nueva.

Las agujas góticas se destacan por encima del resto. Adentro, un imponente vitraux y la tumba de San Juan de Nepomuceno, hecha con dos toneladas de plata, merecen especial atención.

El Callejón del Oro es una calle corta, estrecha y preciosa. situada en el interior del Castillo de Praga. Debe su nombre a los orfebres que la habitaron en el siglo XVII.
El lado izquierdo está ocupado por casitas de colores, que fueron construidas en los muros del castillo. Estas casas se construyeron a finales del siglo XVI con el propósito inicial de dar cobijo a los 24 guardianes del castillo.

Un siglo después de ser construidas, el gremio de los orfebres ocupó las casas y las modificó.
FRANZ KAFKA
Caminar por Praga también es una manera de sumergirse en la literatura y la vida, del checo más famoso. Fue su ciudad natal y donde escribió. En muchos lugares de la ciudad se puede seguir los pasos del escritor como la Ciudad Vieja, donde estuvo su casa natal al lado de la iglesia de San Nicolás.
Ahora queda únicamente el portal de piedra original. El Bar Mitzvá de Kafka se celebró en la sinagoga Vieja-Nueva del Barrio Judío.

EL RELOJ ASTRONÓMICO Y LAS LEYENDAS
Praga hace equilibrio entre la historia real y los cientos de mitos y leyendas que le dan este perfil mágico y misterioso que cultiva la ciudad. Una de las tantas leyendas que circulan es sobre el famoso y por ese entonces único reloj astronómico, que fue construido por el maestro Hanus en el siglo XV.

Se dice que las autoridades de Praga se enteraron que Hanus estaba construyendo otro reloj perfeccionado y temieron que se lo vendiera a una ciudad extranjera.

Por eso, una noche lo sorprendieron en su taller y le clavaron un puñal que lo dejó ciego. Pasaron unos años, el maestro enfermó y como última voluntad pidió al gobernador de la ciudad que le dejara tocar su gran obra. Allí Hanus se vengó: hundió el brazo en uno de los engranajes principales y rompió una palanca. En ese mismo instante, Hanus murió.
Lo cierto es que el reloj estuvo muchos a años sin funcionar hasta que pudo ser reparado.
El Antiguo Cementerio Judío de Praga es un lugar sobrecogedor, que tiene su propia historia. Fue durante más de 300 años el único lugar donde estaba permitido enterrar a los judíos en Praga.
Debido a la falta de espacio los cuerpos se enterraban unos encima de otros (llegando a más de 10 apilados). Al día de hoy se pueden ver más de 12.000 lápidas y se estima que pueden haber enterrado unas 100.000 personas.
La visita al Cementerio Judío de Praga no podemos calificarla de otra forma que no sea imprescindible. Para muchos visitantes, es el lugar más impactante de la ciudad y represente parte de su historia.
Biblioteca Nacional de Praga: esta maravilla barroca abrió por primera vez en 1722 como parte de la Universidad Jesuita, y alberga más de 20.000 libros.

Praga, la ciudad de las cien torres, monumento de la UNESCO, es para nosotros una de las ciudades más hermosas del mundo