Nueva York en peligro es la noticia, un símbolo de la grandeza y el poderío estadounidense, enfrenta un desafío monumental que amenaza su futuro: se está hundiendo. Si bien este fenómeno puede resultar sorprendente para muchos, diversos factores, tanto naturales como humanos, están contribuyendo a este particular hundimiento gradual de la ciudad.
Nueva York en peligro
Una de las principales razones del hundimiento de Nueva York es su ubicación geográfica y geológica.
Por qué Nueva York se está hundiendo
La ciudad se encuentra en una región conocida como la cuenca sedimentaria del Atlántico Norte, donde los sedimentos depositados a lo largo de millones de años han dado lugar a suelos blandos y poco consolidados.
Estos suelos son propensos a la compresión y la subsidencia, lo que significa que pueden colapsar o hundirse bajo el peso de las estructuras construidas sobre ellos.
Pero esto no queda solo aquí. Durante muchos años, la ciudad de Nueva York ha dependido en gran medida de la extracción de agua subterránea para abastecer a su creciente población. Sin embargo, esta práctica ha tenido consecuencias significativas en el hundimiento de la ciudad. Al extraer agua de los acuíferos subterráneos, se crea un vacío que provoca el colapso de los sedimentos, lo que a su vez contribuye al hundimiento de la tierra.
Los edificios de Nueva York y el peso extra
Un factor clave que incide en que estas razones de base se multipliquen es lo que pasa sobre la superficie de la ciudad, que no para de crecer. Y ese estado de cosas no es reciente. Ya el 27 de septiembre de 1889 se dieron los toques finales a lo que sería el primer edificio de la ciudad. Debido a su estructura de esqueleto de acero, este edificio de 11 pisos se considera el primer rascacielos de Nueva York.
A pesar de que hoy esa torre ya no existe, reemplazada por otra en 1914, su construcción provocó el comienzo del auge inmobiliario incesante. Los 762 millones de toneladas de hormigón, vidrio y acero que componen los 777 kilómetros cuadrados de la ciudad de Nueva York, según investigadores del USGS, están repartidos por toda la ciudad.
Si bien esta cifra sugiere algunas generalizaciones amplias sobre los materiales de construcción, la enorme carga no tiene en cuenta millones de muebles, accesorios y maquinaria de construcción. Adicionalmente, excluye a los 8,5 millones de habitantes que residen en ellos así como los sistemas de transporte que los conectan.
La construcción masiva de rascacielos y otras estructuras pesadas en Nueva York ha ejercido una presión adicional sobre el suelo. Estos edificios enormes y densamente poblados ejercen una carga considerable sobre los suelos subyacentes, lo que puede acelerar el proceso de hundimiento.
Todo ese peso está teniendo un efecto extraordinario en el terreno sobre el que se construye. De hecho, un estudio publicado en mayo de este año indica claramente que el suelo se está hundiendo entre 1 y 2 mm por año. Y una parte de esta situación se debe atribuir a la presión ejercida por los edificios de la ciudad.
Cambio climático y aumento del nivel del mar
El cambio climático y el consiguiente aumento del nivel del mar representan una amenaza adicional para la ciudad de Nueva York. A medida que los océanos se expanden, las zonas costeras experimentan un aumento en la presión hidrostática, lo que contribuye al hundimiento del suelo. Además, las inundaciones más frecuentes y los eventos climáticos extremos pueden erosionar aún más los suelos y debilitar las estructuras existentes.
Tom Parsons, geofísico investigador del Pacific Coastal and Marine Science Center del USGS en California, y uno de los cuatro autores del estudio, explicó que esto que ocurre en Nueva York "puede considerarse como representante de otras ciudades costeras en EE.UU. y en el mundo que tienen poblaciones en crecimiento debido a la migración, que experimentan urbanización asociada y se enfrentan al aumento del nivel del mar".
Preocupación por el futuro de Nueva York
El hundimiento de la ciudad de Nueva York tiene varias consecuencias preocupantes. En primer lugar, el hundimiento del suelo puede dañar las infraestructuras subterráneas, como túneles y alcantarillas, lo que conlleva riesgos para la seguridad pública. Además, los edificios inclinados y las calles hundidas pueden afectar la movilidad y la calidad de vida de los residentes.
Medidas para frenar el hundimiento
Para abordar este desafío, se han implementado diversas medidas. En primer lugar, se ha reducido la extracción de agua subterránea, utilizando en su lugar fuentes de agua más sostenibles, como los ríos cercanos. Asimismo, se están desarrollando nuevas técnicas de construcción que tienen en cuenta el hundimiento del suelo. Estas técnicas incluyen el uso de pilotes profundos para distribuir la carga de los edificios de manera más uniforme y el refuerzo de los suelos mediante inyección de materiales estabilizadores.
Además, se están llevando a cabo proyectos de adaptación al cambio climático para mitigar los efectos del aumento del nivel del mar. Esto incluye la construcción de barreras costeras y la elevación de infraestructuras clave, como carreteras y sistemas de transporte público, para proteger la ciudad de inundaciones y tormentas.
Es importante destacar que abordar el hundimiento de la ciudad de Nueva York requiere de un enfoque integral que involucre tanto a los gobiernos locales como a la comunidad. La concientización sobre el impacto del hundimiento y la adopción de prácticas de construcción y uso de recursos más sostenibles son fundamentales para preservar la viabilidad a largo plazo de la ciudad.
Nueva York no se rinde
En conclusión, la ciudad de Nueva York se enfrenta a un desafío significativo debido a su hundimiento gradual. La combinación de factores geológicos, extracción de agua subterránea, construcción de infraestructuras pesadas y el cambio climático están contribuyendo a este problema.
Sin embargo, mediante la implementación de medidas de adaptación y una planificación cuidadosa, es posible mitigar los efectos del hundimiento y asegurar un futuro sostenible para esta icónica metrópolis. La preservación de Nueva York requiere de un esfuerzo conjunto para proteger su patrimonio histórico, su economía vibrante y la calidad de vida de sus residentes.
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