Según una información emitida por la Cancillería italiana, miles de argentinos califican para solicitar la nacionalidad italiana.
La información fue suministrada por el vicecanciller italiano Mario Giro, quien indicó:
Más de 80 millones de personas en todo el mundo pueden obtener este beneficio. Estas personas estarían amparadas por una ley electoral que, según el vicecanciller Giro, es “amplia y tolerante”
“No hay solo motivos afectivos en quien pide la ciudadanía, sino sobre todo el intento de garantizarse un pasaporte europeo en momentos de dificultades económicas y tensiones políticas y sociales“, destacó el funcionario.
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La cantidad de personas que podrían ser beneficiadas con la nacionalidad italiana supera con creces la de los habitantes del país, que según el último registro poblacional, realizado el 1° de enero de 2016, es de 60.665.551 personas.
“Nuestra ley sobre el ‘ius sanguiinis’ no pone límites, como la española que limita en el abuelo la posibilidad de obtener la ciudadanía”
A Argentina llegaron, procedentes de Italia, miles de migrantes durante la II Guerra Mundial y los años de la postguerra, en busca de mejores condiciones de vida. Luego, los descendientes de italianos regresaron al país de origen de sus padres, cuando la crisis política, económica y social afectó al país austral a partir del año 2001.
Las colas de argentinos interesados en realizar los trámites para emigrar a Europa fueron particularmente largas cuando se dejaron de cancelar los pagos a capital y los vencimientos de intereses de la deuda pública.
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Ahora Argentina se volvió nuevamente receptor de migrantes, especialmente suramericanos y sobretodo venezolanos, que huyen de la crisis que afecta al país latinoamericano.
Si bien Italia también está dispuesta a recibir a los argentinos que desean probar suerte en otras latitudes, esta decisión del gobierno italiano no estuvo exenta de críticas.
La ampliación de los criterios para otorgar la ciudadanía por “ius solis”, que a hijos de extranjeros que nazcan en el país y/o niños nacidos fuera de Italia que completen sus estudios en el país europeo, fue objetada por la Fundación Migrantes de la Conferencia Episcopal Italiana.
Su vocera, Delfina Licata, preguntó: “¿Es más italiano quien nació en el extranjero, no habla nuestra lengua y nunca vivió acá o un joven que nació y estudió aquí?”
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