Los viajeros suelen disfrutar muchas experiencias maravillosas que atesoran a lo largo de su vida, pero también pueden exponerse a una serie de riesgos para la salud que exigen una cierta preparación.
Los viajes a países extranjeros regalan vivencias por las que hay que pagar algún «peaje» según el destino elegido, como por ejemplo las vacunas
Sea cual sea la razón de nuestro viaje, debemos tomar ciertas medidas preventivas para preservar nuestra salud. Existen múltiples vacunas recomendadas para los viajeros que serán indicadas según los diferentes destinos, así como también se deberá conocer la profilaxis para la malaria.
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Tampoco se deben olvidar las recomendaciones generales, como higiene de alimentos y bebidas, prevención de las picaduras de mosquito, botiquín, etc., que se deben seguir para evitar la exposición a ciertas enfermedades.
Vacunas y alertas sanitarias
El primer paso es administrar las vacunas necesarias en función del tipo de viaje, tipo de viajero y los brotes o alertas sanitarias actualizadas a la región geográfica que visitarás.
Es importante acudir con un mes de antelación a la consulta, para asegurarse que se puedan poner las dosis necesarias de las vacunas antes del viaje
Es clave tener en cuenta que hay lugares en los que es imprescindible recibir determinadas vacunas para poder entrar al país: son vacunas obligatorias y sin el certificado no podés entrar. Pueden incluso ser solicitadas en la frontera cuando se hace tránsito de un país con riesgo de la enfermedad a otro que no lo tenga.
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La exposición a una enfermedad puede ocurrir a través de elementos naturales del medio ambiente, o por medio de comportamientos de riesgo que las personas son más propensas a adoptar mientras viajan.
En la Argentina, los especialistas en Medicina del Viajero se mantienen actualizados sobre los problemas de salud en todo el mundo, como así también sobre los nuevos medios de prevención y tratamiento de las enfermedades que pueden ser contraídas por los viajeros.
Los riesgos para la salud y la seguridad de los viajeros pueden variar ampliamente entre países y regiones, incluso entre distintas regiones de un mismo país
Además, algunas enfermedades presentan un riesgo más alto durante ciertas épocas del año, otras mutan y migran, e incluso reaparecieron algunas que se habían erradicado previamente.
En términos generales se podría afirmar que la vacunación es necesaria siempre que se visite algún país en el que la endemicidad de una enfermedad para la que se dispone de vacuna sea alta o muy alta.
Cuáles son las vacunas obligatorias
La única vacuna considerada obligatoria en determinados países y sujeta a reglamentación internacional es la vacuna de la fiebre amarilla.
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Esta vacuna solamente puede ser administrada en los Centros de Vacunación Internacional autorizados por el Ministerio de Sanidad y Consumo y lleva consigo la expedición del Certificado Internacional de Vacunación.
Cuáles son las vacunas recomendables
Si bien la vacunación en el viajero internacional debe ser siempre considerada de forma individual, las vacunas normalmente recomendadas son las mismas en prácticamente todos los destinos, excepto América del Norte, Australia, Nueva Zelanda, Japón y Europa Occidental (salvo excepciones u otras indicaciones). Dentro de estas vacunas están la de la hepatitis A, hepatitis B, fiebres tifoideas, Triple Vírica y difteria-tétanos.
Por otro lado, están las vacunas recomendadas dependientes del destino, que son más específicas de las zonas a visitar y entre las que están las vacunas frente a la meningitis meningocócica A+C o A-C-Y-W135, poliomielitis, encefalitis japonesa, encefalitis primavero-estival, fiebre amarilla, cólera y rabia.
Malaria
La malaria es una de las enfermedades más complicadas que se puede contraer en los países del trópico. De hecho, en casos de malaria grave, puede conllevar la muerte del paciente si no se toman las medidas adecuadas.
En cualquier caso, las vacunas solo son un complemento a diferentes hábitos que se deben adoptar durante el viaje para evitar las picaduras de mosquitos u otros insectos que transmiten enfermedades. Por eso recomiendan repelentes que tengan el principio activo más eficaz, DEET a una concentración elevada; rociar la ropa con permetrina, cubrirse lo máximo posible con prendas transpirables y utilizar mosquiteras para dormir.
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Además se deben tomar ciertos cuidados a la hora de comer y beber porque los alimentos pueden contener virus, bacterias o parásitos. Las mejores opciones: agua embotellada y evitar comestibles crudos.