Hay ciudades que se transforman en otoño y se convierten en lugares mágicos de extraordinaria belleza. Este es el caso de París que, si bien es una ciudad extraordinaria que bien merece una visita en cualquier época del año, París en otoño luce más impresionante que nunca.
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París en otoño
No creemos que necesites razones para hacerte una escapada a la ciudad de la luz en otoño, pero por las dudas aquí van algunos motivos para escaparte a París en esa mágica estación:
La ciudad se vacía
Cuando finaliza la temporada alta y las interminables colas para visitar los monumentos de París se desvanecen, es momento de disfrutar de la ciudad de la luz al 100%.
Adiós a las horas de espera para subir a la Torre Eiffel o Notre Dame, bienvenidas sean las visitas en las que el aire circula entre visitante y visitante
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El ahorro de tiempo es considerable y los días rinden más, con las posibilidades extra de ocio que ello agrega.
Tiempo de Versalles
A no ser que pases una buena temporada en París, lo más probable es que dejes Versalles para el final y llegue el día de marcharte sin haber tenido ocasión de visitarlo. Pero, como en otoño la ciudad se vacía y todas esas visitas planeadas se hacen más rápido, esa visita a Versalles se puede hacer realidad. Esta vez no te lo pierdes.
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La luz es mágica
La magia de la luz de otoño sobre París es incomparable a la de cualquier otra estación del año. Es suave, difuminada y consigue que los colores se transformen. La ciudad está más fotogénica que nunca, parece sacada de una acuarela. Los aficionados a la fotografía lo apreciarán en profundidad.
Los jardines parecen de cuento
París es la ciudad europea más arbolada y está repleta de grandes parques que, durante el otoño, se encuentran en su momento de esplendor. Ya sean los Jardines de Luxemburgo, los del Palacio Real, las Tullerías o el parque de los Campos de Marte, se transforman con el cambio de color de sus plantas y árboles alcanzando gamas cromáticas de impresionante belleza.
Es tiempo de chocolate
Los meses de calor son enemigos del chocolate. Pero con la llegada del otoño, aparece el deseo irrefrenable de disfrutar de una taza de chocolate caliente en una de las muchas chocolaterías que tiene París, o de unos crêpes con Nutella calentitos al tiempo que se pasea por sus calles.
Crucerito romántico por el Sena
París en una de las ciudades más hermosas y románticas del mundo, y uno de los grandes planes que recomendamos, es un paseo en barco por el Sena. Si bien es cierto que en otoño Paris es llovedor, los franceses están preparados. Todos los barcos que realizan estos trayectos turísticos poseen toldos resistentes a la lluvia.
Si buscás un gran plan que vivir en otoño, disfrutá en el barco de un menú puramente francés y deléitate con sus vinos: la magia está servida.
Mesas libres en las terrazas
Encontrar una mesa libre en una de las muchas terrazas que tiene París es misión imposible en verano, o cualquier otra temporada alta, cuando los turistas toman la ciudad sin dejar muchas oportunidades. Pero en otoño la cosa cambia radicalmente.
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La temperatura es agradable, fresca sin ser fría, y las terrazas invitan a sentarse en ellas a descansar, con una manta sobre las piernas y una bebida reconfortante.
Los cafés de París
Si bien podés disfrutar de ellos en cualquier época del año, hacerlo en sus terrazas cubiertas y con calefactores mientras observás cómo la ciudad continúa con su ritmo frenético, resulta una experiencia mágica. La vuelta al trabajo tras el verano, el ajetreo de los cambios en los escaparates de moda, gente corriendo con sus paraguas, o un fresquito que apenas se siente mientras mueve los árboles de los jardines.
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Reservar una cena en un cabaret
Como la afluencia de turistas no es de las más altas en esta época del año, no te será difícil conseguir hacerte con una reserva para cenar en uno de los cabarets genuinamente parisinos. Incluso podrías darte el capricho de disfrutar del espectáculo del Moulin Rouge con gastronomía francesa y un buen vino para acompañarlo: pura magia.
El factor económico
Siempre importante, viajar fuera de la temporada es más económico vayamos donde vayamos y París no es una excepción. Hay ofertas ventajosas entre las que elegir. El coste de los desplazamientos, el alojamiento y los caprichos que te quieras dar una vez en París no te harán un agujero en el bolsillo.