La ciudad de Stuttgart en Alemania es la capital del estado federado alemán Baden-Wurtemberg. Con sus 600.000 habitantes es una de las ciudades más importantes en el desarrollo industrial de ese país, siempre a la vanguardia de la tecnología, especialmente en lo que tiene que ver con la industria automotriz.
Quizas por eso no es extraño que en esta ciudad se encuentren dos de los museos más importantes vinculados a la fabricación y a la historia del automovilismo y que son visita obligada no solo para los amantes de los autos sino para quien quiera conocer un poco más sobre esta parte tan importante de la historia humana
Un viaje por la historia de Porsche
“Una visión se convierte en realidad”. Así anuncia Porsche su museo ubicado inmediatamente al lado de la sede de Dr. Ing. H. C. F. Porsche AG en Stuttgart-Zuffenhausen, donde se puede encontrar una de las colecciones de autos más espectaculares del mundo.
Más de 80 vehículos se muestran en el área de exposición, de unos 5.600 metros cuadrados. El museo va contando a través de los autos expuestos la historia de la marca, desde los comienzos de la compañía hasta el día de hoy, dando muestras de lo que significó competir y abrirse camino en un mundo tan duro como el del automovilismo.
El propio edificio que alberga el museo Porsche, diseñado por Delugan Meissl, es en sí mismo una declaración precisa de lo que es la fabricante alemana o al menos de la imagen que pretenden dar al mundo. Solo tres columnas en forma de V forman la estructura dominante principal del museo, que parece flotar sobre el suelo como un monolito.
Esta arquitectura audaz y dinámica refleja la filosofía de la empresa. Está diseñado para transmitir una sensación de recepción y la accesibilidad con el fin de recibir a los visitantes de una manera amistosa.
En este lugar podemos encontrar modelos como el 917K o un 911 GT1 y además de los 80 autos de la exhibición permanente siempre hay muestras temporales que relatan algún momento crucial de la firma.
La línea del tiempo de Mercedes Benz
El Museo Mercedes-Benz se jacta de ser el único museo en el mundo que puede documentar en una sola línea de tiempo continuo los 130 años de historia de la industria automotriz desde sus comienzos hasta la actualidad.
Distribuidos en sus nueve niveles y abarcando una superficie de 16.500 metros cuadrados, el museo presenta 160 vehículos y más de 1.500 piezas. Pensado como un catalógo de piezas históricas pero también como un lugar de innovación, ya que la historia puede señalar el camino a seguir.
Durante un recorrido de dos horas de la exposición, los visitantes experimentan un viaje único a través de la historia del automóvil. Transportados por el extravagante ascensor hasta el nivel superior del museo, el visitante llega de visita al año 1886, desde donde comienza a descender gradualmente en espiral su camino hacia abajo a través de la extensa colección y de nuevo a la salida del museo y al siglo XXI.
Entre los automóviles expuestos se encuentran modelos de carreras, piezas únicas como el Papamóvil, limusinas que han sido utilizadas por grandes personalidades de la historia, coches de bomberos y autobuses.