Entrar en la laguna de Venecia en un crucero proveniente del Adriático, adentrarse en el bacino de San Marco y recorrer el canal de la Giudecca, observando el centro histórico de la isla hasta atracar en la estación marítima, es una experiencia inolvidable.
Pero todo llega a su fin, ya que hace años que Venecia debate buscando una solución al problema que genera el ingreso de los cruceros por el canal, y esta semana Italia dijo:
¡'Arrivederci'!
Tras más de cinco años de debates, la decisión de restringir la llegada de cruceros a la ciudad de los canales fue tomada esta semana. Aunque actualmente los cruceros de más de 96.000 toneladas tienen prohibido entrar en la laguna, la nueva normativa les permitirá atracar en el puerto de Marghera, pero siguiendo una ruta bastante distante del centro.
Los que no lleguen a ese tonelaje seguirán pasando por el canal de Giudecca, que conecta San Marcos con el puerto turístico de Venecia, señaló el Ministerio de Transporte. Las nuevas normas entrarán en vigor “en un plazo de tres años”. “Después de muchos meses de estudio y trabajo realmente serio, hemos encontrado una solución de verdad“, dijo el ministro Graziano Delrio en un comunicado.
“Es posible desarrollar el puerto para permitir que entren los cruceros, pero sin poner en riesgo el patrimonio de Venecia"
El tráfico de cruceros por Venecia ha florecido en los últimos 15 años. El aumento del turismo creó nuevos puestos de trabajo, pero también espoleó las dudas sobre si la frágil ciudad sería capaz de soportar semejante flujo de visitantes.
Según el alcalde, Luigi Brugnaro, la decisión tomada por el Gobierno subraya la importancia de la industria de los cruceros para la economía local. Sin embargo, para los detractores de este tipo de turismo, se trata de la “peor solución posible”.
Lo cierto es que los turistas ya no podrán ver la ciudad de los canales directamente desde sus barcos. Si quieren conocer Venecia, atracarán en un puerto cercano y se acercarán en autobús.
Las imágenes de estos rascacielos sobre el mar que pasaban y se detenían amenazantes frente a la plaza de San Marcos y el Palacio Ducal habían dado la vuelta al mundo y provocado fuertes críticas. La medida de acabar con el paso de los grandes barcos era una de las condiciones que había impuesto la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura(Unesco) para evitar que Venecia fuese eliminada de la lista de ciudades Patrimonio de la Humanidad para ser considerada lugar en peligro.
Desde enero de 2018 comenzará a aplicarse así el plan de reducción del paso de los barcos. El actual ingreso quedará por el momento abierto a los barcos hasta las 55.000 toneladas de peso, por lo que los cruceros ya no entrarán frente a San Marcos sino que atravesarán el alternativo paso de Malamoccopara atracar en el puerto de Marghera, en la localidad de Mestre. Los turistas serán así trasladados en autobuses hasta la entrada de la ciudad.