El siglo de vida es una meta cada vez más cercana. La vida se prolonga y ya se habla de cuarta y hasta de quinta edad, sobre todo en algunos países. Hay lugares donde las personas que soplan cien velitas no son una excepción: por algún enigmático motivo, en la isla griega de Icaria una cantidad asombrosa de personas consigue celebrar su centenario gozando de buena salud.
Icaria es que un pequeño pedazo de tierra que asoma bello como pocos en el Mar Egeo, a menos de 50 kilómetros de la costa turca y con poco más de 10.000 habitantes durante la mayor parte del año. Un rincón del mundo donde, según surge de diversos estudios realizados, la gente tiene casi tres veces más posibilidades de llegar a los 90 años que en el resto de Europa.
Según los investigadores, la isla Icaria hace que el cáncer, las depresiones, las enfermedades cardiovasculares y la demencia no aparezcan o lo hagan mucho más tarde que en otros países.
¿A qué se debe la longevidad? Los resultados de las numerosas investigaciones que se han llevado a cabo no son concluyentes, pero está claro que el estilo de vida habitual entre los mayores residentes en la isla tiene que ver con ello: por lo general son muy activos y trabajadores: dan largos paseos, se bañan en el mar con frecuencia y se atreven a cultivar sus propios huertos. Hay más: los pobladores aseguran que su vida sexual es satisfactoria hasta el final de sus días.
Allí el reloj no rige el día, como en la mayoría de los lugares de Occidente. No faltan momentos para el reposo y esparcimiento, quien puede se levanta tarde y la mayoría duermen siesta.
La vida social es activa: son amantes de las reuniones, las fiestas y todo aquello que implique pasar tiempo en común con familia y amigos. Ese podría ser, de hecho, otro de los secretos de la eterna juventud: al mantenerse activos, los lazos con sus seres son más resistentes, algo que los expertos suelen relacionar con la prolongación de la vida. El aislamiento y la soledad que sufren los adultos mayores en las ciudades allá no existe.
Claro que la dieta también es clave. Casi toda la comida que se consume en la isla procede de esa misma tierra. La carne es de los animales que se crían allí, el pescado siempre es fresco, las frutas y las verduras se cultivan en la zona y la leche y el queso son mayoritariamente de las cabras locales, con gran poder antioxidante. Consumen miel casera, café griego, té de la montaña y cantidades moderadas de vino.
Otro punto que subrayan quienes estudiaron la vejez larga y feliz de la zona es la belleza del paisaje. Sin duda, vivir bien, comer sano, mantenerse activos y tener una vida social activa y feliz estiran la vida y alejan la enfermedad. ¿Buena meta?