En la bella París donde reina el gris, la rue Crémieux detona con sus fachadas multicolores. Una mezcla de turquesa, alba o naranja con encanto mediterráneo te hará pensar que estás en otra ciudad.
Pero ha surgido un problema: los vecinos de la calle más instagrameable de París amenazan con cerrarla, hartos de la cantidad creciente de turistas que están todo el día buscando hacer la mejor foto.
Descubrí la rue Crémieux
Fuera de los caminos trillados este rincón, encantador para una foto, se encuentra no lejos de la concurrida estación de tren La Gare de Lyon.
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Hagamos un corto pero encantador paseo por la rue Crémieux:
Rue Crémieux se encuentra entre la rue de Lyon y la rue de Bercy. La calle adoquinada y peatonal tiene 144 metros de largo y 7,50 m de ancho. La calle Crémieux está rodeada de coloridas casas bajas de estilo victoriano.
Este lugar da la impresión de que se encuentra fuera de París, en algún lugar de una pequeña ciudad provincial o en un balneario francés.
A diferencia de la rue de Lyon adyacente, aquí no hay edificios de estilo Haussmann. Las 35 casas idénticas que bordean la calle parecen casas adosadas con terraza inglesas. Los residentes están orgullosos de su calle y se han asegurado de que esté bien mantenido. Fue una iniciativa de los residentes pintar sus fachadas con colores pastel suaves: verde, azul, púrpura, amarillo, rosa ...
La rue Crémieux en las redes
Solo basta con buscar en las redes la Rue Crémieux, ya sea en la cuenta de instagram Club Crémieux, o el hashtag #ruecremieux, para poder ver el éxito que tiene mostrando todo tipo de imágenes tomadas en esta pintoresca calle.
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Los vecinos
La calle se hizo tan conocida que no paran de llegar turistas y residentes que a toda hora intentan lograr la foto más increíble. Y es así como arman desfiles de moda, coreografías, saltos, despedidas de solteros, bailes, música. Toda esta gente, sumada al ruido que generan, hacen la vida imposible a los vecinos.
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Por este motivo la asociación de vecinos exigió al Ayuntamiento de la ciudad que proteja su privacidad cerrando la calle a los visitantes durante la noche y también los fines de semana.
Quieren solicitar la instalación de un código digital en la entrada a la calle. "Nuestro deseo no es estar entre nosotros, sino poder descomprimir", dice el presidente de la asociación, que huye de su casa cada fin de semana, encontrando a su regreso docenas de colillas frente a su casa y macetas rotas.
La decisión no está tomada pero es posible que la calle más llamativa de París quede cerrada al público.