Positano es uno de los enclaves más característicos de la Costa Amalfitana y de toda la península de Sorrento (Italia). Su ubicación, encaramado entre los acantilados y la montaña, ha provocado que no existan calles convencionales en su interior.
Solo estrechos callejones, a menudo formados por pequeñas escaleras. La estrecha carretera por la que se accede a este pueblo (así como al resto de la costa), colgada en el acantilado contribuye al encanto de este lugar.
Positano, a poco más de 40 kilómetros de Nápoles, se encarama en la ladera de un monte pegado al mar, por lo que además de gozar de vistas maravillosas desde cualquier ventana, tendremos que estar preparados para subir y bajar escaleras todo el día.
La bajada a la playa de Fornillo se hace llevadera al pasar por casas de estuco blanco, cada una con su pequeña terraza y llenas de flores. Por lo general esta playa de arena negra se encuentra tapizada de cuerpos al sol. Caminá hasta el final de la playa, pasá por una abertura de la piedra en el acantilado y encontrarás un lugar con menos gente.