Yo nunca viajé a la India, pero, si lo hiciera, imagino que la experiencia gastronómica sería similar a la que viví en el restaurante Jewel of India. Todo está pensado para trasladar al visitante a otra dimensión. Una dimensión encantada y con los rituales y sabores propios de ese país fantástico del continente asiático.
Jewel of India es un restaurante ubicado en la calle Diego de Velásquez 2073, Providencia. Si bien esta zona ofrece gran variedad en materia gastronómica, sin duda la oferta de este lugar se distingue ante todos los demás.
Está ambientado con luces, elementos y música de la India y cuenta con mesas adentro y afuera del local. Rakesh, el dueño, pensó cada uno de los detalles y los compartió con Buena Vibra. Nos explicó que, para brindar una experiencia única, importan la mayor cantidad de productos de la India: tanto las sillas y mesas como la vajilla y los hornos, que se llaman Tandur, y, sobre todo, las especias. En relación a la comida, lo único que es local es la carne, los mariscos y el pollo.
Historia de Jewel of India
Rakesh nació en Nueva Delhi, India, y viajó por todo el mundo por motivos laborales. Se dedicaba a la industria textil y al acero inoxidable. Siempre estuvo rodeado de un ambiente gastronómico, ya que su tío es dueño de varios restaurantes prestigiosos en la India y su mamá se profesionalizó en este área.
Cuando el negocio textil empezó a decaer ante la competencia china, tuvo que reinventarse. Emprendedor y decidido, volvió a la pasión que habitaba en sus raíces y decidió crear Jewel of India, allá por el 2010.
Le fue muy bien pero, durante la pandemia, el restaurante se vio muy afectado. Jewel of India se mantuvo cerrado durante 8 meses y Rakesh no fue ni una sola vez a revisar cómo estaba. Cuando se flexibilizaron los protocolos, volvió a abrir pero se tuvieron que mudar a un local más chico. En el otro lugar tenían carpas, estacionamiento y estaba mucho más ambientado, pero lo importante es que lograron salir adelante.
Con la reapertura del local conoció a Benjamín, que hoy en día es su mano derecha. Él llegó al restaurante ofreciendo sus servicios como proveedor de alimentos y sintió una conexión tan grande con Rakesh que comenzaron a trabajar juntos y, entre los dos, hoy administran el lugar. Benjamín tiene muchas ideas innovadoras para potenciar el lugar y Rakesh está abierto a todas sus ideas.
La comida
La comida es exquisita. Al probarla sentí una explosión de sabores en mi boca. Sabores que nunca en mi vida había probado y que ni siquiera pude comparar con algo que haya probado antes. A mi papá le gusta cocinar y su plato estrella es uno que llamamos: pollo hindú, pero apenas probé la comida de Jewel of India me di cuenta que nunca había probado verdadera comida de ese lejano país.
El restaurante cuenta con más de 100 platos únicos aptos para personas que les gusta comer carne, vegetarianos, veganos y más. Además, los cocineros están dispuestos a crear nuevos platos en el caso de que el cliente lo desee.
La calidez de los anfitriones es destacable. Rakesh y Benjamín nos acompañaron durante toda la comida y nos explicaron cómo comer con las manos, como lo hacen en la India, y su significado: las manos contienen mucha energía asociada con el corazón y el cerebro y, al comer de esta forma, estás transfiriendo esas energías al resto del cuerpo.
La entrada
De entrada nos sirvieron Samosa, que son empanadas rellenas con papas y arvejas, mezcladas con hierbas y frutos secos, y Aloo Tikki, que son croquetas rellenas con papas molidas, finas hierbas, pan rallado y cilantro.
El plato de fondo
Con mi pareja pedimos un plato cada uno. Yo comí Jhinga Mango: camarones cocidos en salsa de mango agridulce y él comió Rogan Josh- Gosht: cordero magallánico macerado en salsa de tomate y cebolla, con especias de la India. Para compartir nos hicieron una mezcla especial de arroz que no estaba en la carta: Basmati Kesar (arroz aromatizado con azafrán, cardamomo, canela y finas hierbas) con Jeera Pulaodieron (otro tipo de arroz aromatizado con finas hierbas).
Los sabores de cada plato fueron únicos y superaron mis expectativas. Es más: siempre había asociado la comida india al picante y descubrí que hay opciones para todos los gustos.
Nos dieron un plato grande a cada uno, que parecía una bandeja, y Rakesh nos explicó que lo mejor es pedir para compartir y colocar un poco de cada plato en el plato grande, con suficiente espacio para que los sabores no se mezclen.
El pan de la India se llama Naan y comimos Butter Naan (de mantequilla) y Garlic Naan (de ajo). El Naan es clave para comer con la mano, ya que lo usás como pinza para agarrar la carne y después lo mojás en la salsa que sobra.
El postre y la bebida
Comimos Gulab Jamun: bolitas dulces de almidón de leche maceradas en agua de rosas y azafrán. Es un postre típico de la India y siento que es ideal para las personas que no son muy fanáticas de lo dulce pero igual tienen ganas de disfrutar un postre.
Por último para tomar pedimos una limonada típica de la India llamada Nimbu Pani.
La atención
La atención es súper personalizada, tanto los meseros como los dueños se preocupan porque te guste la comida y con frecuencia se acercan para preguntar si queríamos algo más. Además, ni bien llegamos, nos encontramos con Rakesh y Benjamín en la entrada conversando dispuestos a recibir a todas las personas que mostraran interés en el lugar.
El ambiente es muy familiar, se nota que hay buena relación entre Rakesh, Benjamín y el personal y eso se refleja en la atención que brindan. Nos contaban que todos se tratan con mucho respeto, son unidos y se centran en ofrecer productos de calidad más que en la cantidad de clientes que suman por día.
Dónde queda
Jewel of India queda en la calle Diego de Velásquez 2073, Providencia. Te recomiendo reservar con anticipación si pensás ir durante el fin de semana. Podés estacionar en las calles cercanas ya que el local no cuenta con estacionamiento propio por ahora.
En conclusión, el restaurante Jewel of India superó mis expectativas tanto en lo gastronómico como en la experiencia en sí. Me gustaría hacer una mención especial a Rakesh y a Benjamín por su atención y por darnos esta increíble oportunidad de comer comida de la India como si estuviéramos en ese país que, más que nunca, soñamos algún día conocer.
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