Si, como dicen, cada uno elige su destino, en Galicia hay uno hecho a tu medida. ¿Te gusta el arte, la cultura? ¿El mar, la carretera? ¿O eres de los que prefieren vivir un viaje de aventura? Todo cuanto puedas desear lo encontrarás en Galicia: lagunas, ríos como el cristal, majestuosos saltos de agua en lo profundo de un bosque virgen y océanos llenos de vida.
La lista de imprescindibles pasaría el número 100, pero empecemos con algunos, sin ningún orden y solo para continuar luego en otra nota:
Subí todos los escalones de la Torre de Hércules
Galicia tiene el único faro romano en perfecto estado que todavía se encuentra en funcionamiento. se encuentra en ACoruña y data del siglo I. Es Patrimonio de la Humanidad. Tiene exactamente 234 escalones, por lo que la visita es para los más deportistas que estén dispuestos a subirlos todos para disfrutar de las vistas al mar.
Visitar la Catedral de Santiago de Compostela
La meta final de todos los Caminos de Santiago es la Catedral de Santiago, y aunque no vayamos como peregrinos, es sin duda uno de los puntos que hay que visitar al ir a Galicia. Una catedral en la que destaca su fachada en estilo barroco con una piedra siempre manchada por la constante humedad del clima de Galicia.
Ver volar el botafumeiros
En la Catedral de Santiago hay cosas que no debemos perdernos, como ver el Pórtico de la Gloria, visitar el sepulcro del apóstol, abrazar la figura del Apóstol Santiago y también ver el ritual en el que hacen volar el botafumeiros. Ese enorme botafumeiros de 53 kilos de peso se puede ver en funcionamiento los domingos en la misa del mediodía, y los Años Santos en la Misa del Peregrino.
Hacer aunque sea un tramo del Camino de Santiago
Sea el francés, el del norte o el portugués, todos sabemos que en cualquiera te encontrarás con peregrinos de todo el mundo y no olvidarás jamás la maravillosa experiencia de haber hecho un tramo del Camino de Santiago.
Faro de Finisterre
Otro de los lugares más visitados en Galicia es el del Faro de Finisterre o Fisterra, el lugar que los romanos creían que era el fin del mundo. Se dice que tras llegar a la Catedral, los peregrinos deben recorrer el camino de 98 kilómetros hasta Cabo Fisterra para purificar allí su alma y terminar con el ritual.
Muchos lo hacen, y por eso recibe cada vez más visitas. Pero dejando estos rituales de lado, ver una puesta de sol en este lugar es algo muy especial, que deberíamos hacer al menos una vez en la vida, para sentir lo que sintieron esos romanos que pensaban que el mundo se acababa ahí.
Probar el Albariño, de ser posible en su fiesta
La fiesta del Albariño se lleva a cabo en Cambados, el primer fin de semana de agosto, y se llena de curiosos que desean degustar los vinos de las bodegas de la zona, que ponen sus puestos en el centro de la villa. Es una fiesta que dura varios días, y en la que se pueden probar muchísimas marcas de albariño en las casetas. Además, de recuerdo te llevarás una copa de cristal, que todo el mundo suele llevar colgada al cuello y que se compra en las mismas casetas.
Subir a Santa Tecla
La subida hasta Santa Tecla merece la pena por las vistas -a veces por encima de las propias nubes- sobre el municipio de La Guardia (Pontevedra), y por los restos de un poblado celta que nos espera arriba.
La única cascada de Europa que cae directamente al mar
En plena Costa da Morte, en el municipio de Dumbría (A Coruña), se encuentra situada la única cascada de Europa cuyas aguas se vierten directamente al mar. Se llama la Cascada del Ézaro, y supone el último punto del río Xallas. La foto del salto -de más de 40 metros- bajo el Monte O Pindo es espectacular, y se llega fácil tras un paseo de un kilómetro aproximadamente que termina en una pasarela de madera y una balconada.
Si consultás en internet podrás descubrir algunos de los días que, además, el Concello de Dumbría la ilumina por la noche.
Playa de las Catedrales
Su nombre real es Playa de Aguas Santas, pero todo el mundo la conoce como la Playa de las Catedrales. Está situada a diez kilómetros de Ribadeo (Lugo) Espectacular por sus arcos, grutas, pasillos de arena y cuevas de pizarra, talladas de manera natural por la erosión del viento y el agua salada. Solo se pueden contemplar durante la marea baja.
Es imprescindible respetar la playa para garantizar su conservación y planificar la visita, ya que el acceso a la playa se ha tenido que regular por la gran afluencia turística.
A Illa de Arousa
Isla y municipio, se encuentran situados en una de las zonas gallegas más espectaculares. Unida al continente por un puente de casi dos kilómetros (uno de los más largos de España), la Unión Europea ha declarado Reserva Natural a la Illa de Arousa para ayudar a conservar sus 36 kilómetros de costa, llena de playas de arena fina, y lugar de especial importancia para la industria marisquera y el cultivo del mejillón en bateas.
A Illa de Arousa es un lugar muy especial para contemplar aves, como garzas o patos desde las casetas de observación, o en las dunas, marismas, matorrales o pinares, donde además también podemos cruzarnos con ranas, conejos o lagartos. También es muy buen lugar para realizar actividades subacuáticas.
Islas Cíes
Estas islas son el paraíso en Galicia. Unas islas a las que se llega en catamarán en temporada de verano, ya que durante el invierno hay ocasiones en las que no hay servicio. Pasar al menos un día en ellas es obligado, descubriendo playas increíbles, así como el faro en Cíes, desde el cual también hay una espectacular puesta de sol.
Sin embargo, para verla habrá que pasar la noche en el campamento de la isla, y en temporada alta hay que reservar con antelación.
Foto de Portada: el mejor banco del mundo
Frente a los acantilados salvajes de Loiba, entre los cabos coruñeses de Ortegal y Estaca de Bares, está “The best bank of the world”. Fue una mano anónima quien talló esta frase en el banco que un vecino del lugar, en el municipio de Ortigueria, mandó colocar frente a los acantilados salvajes. La repercusión fue tal que lo que provocó fue un efecto llamada a nivel planetario.