
La provincia de Chubut, Argentina, ha registrado en los últimos años cifras históricas en la llegada de ballenas a la Península Valdéz, consolidándose como uno de los principales santuarios de esta especie a nivel mundial. Este fenómeno no solo destaca por su importancia ecológica, sino también por su impacto en el turismo y la economía regional.
Llegan ballenas a la Península Valdez
La recuperación de la ballena franca austral en la región es notable. Tras haber estado al borde de la extinción debido a la caza indiscriminada durante siglos pasados, la especie fue protegida internacionalmente y declarada Monumento Natural Nacional en Argentina en 1984. Desde entonces, las poblaciones han mostrado un crecimiento sostenido: en 1980 se estimaban 168 hembras reproductoras en la zona, cifra que ascendió a 328 en 1990, con una tasa de aumento anual del 7%.

La tarea del relevamiento está a cargo de integrantes del Laboratorio de Mamíferos Marinos del CESIMAR- CENPAT, quienes realizan el censo.
El relevamiento aéreo se hace a lo largo de varios kilómetros de costa desde la desembocadura del Río Chubut en Rawson hasta Puerto Lobo, casi en el límite con la provincia de Río Negro.
Se utiliza un avión de cuatro plazas que alquila el organismo de investigación. Dos especialistas viajan atrás realizando un relevamiento visual y adelante, junto al piloto, otro se encarga de cargar los datos que le van dictando. La pequeña aeronave vuela a una altura promedio de 150 metros.

En cada temporada pasan aproximadamente unas 2.000 ballenas por las costas de Valdés. Un número que también fue creciendo a través de los años en lo que representa el recurso turístico más importante de la provincia de Chubut: más de 100 mil visitantes llegan cada temporada, que se extiende entre mayo y mediados de diciembre.