Definido como el mejor edificio de la segunda mitad del siglo XX, el Museo Guggenheim Bilbao ha transformado completamente la ciudad, colocándola en el mundo y modificando radicalmente su imagen.
Se inauguró en 1997, según proyecto del arquitecto americano Frank Gehry, quien, tras visitar la ciudad, tuvo muy clara su ubicación.
“Ese es el lugar”, exclamó tras observar una panorámica de Bilbao desde el monte Artxanda. Ese lugar eran los terrenos de la antigua Compañía de Maderas, al borde de la margen izquierda de la Ría. Como el propio arquitecto ha explicado:
El diseño está basado “en el puerto que fue y la ciudad que es”, simbolizando un navío anclado a orillas del Nervión. El titanio permite contemplar, en cada momento del día, las tonalidades que la luz proyecta sobre él
El edificio constituye un magnífico ejemplo de la arquitectura más vanguardista del siglo XX y representa en un hito arquitectónico por su diseño innovador tanto en el exterior como en los espacios interiores, conformando un seductor telón de fondo para la exhibición de arte contemporáneo.
La visita se puede realizar tanto por el interior como por el exterior del edificio
El Museo Guggenheim Bilbao fue elegido por la revista de viajes Condé Nast Traveller "el museo más bonito del mundo" de 2016.
Los lectores de la revista de viajes han destacado la arquitectura futurista y el diseño innovador del edificio de Frank Gehry, así como sus formas curvilíneas y la belleza de sus volúmenes interconectados recubiertos de titanio y piedra caliza, según han precisado las mismas fuentes.
Situada en la Bahía de Vizcaya, Bilbao es la cuarta ciudad más grande de España, uno de los puertos más importantes del país, y un centro para la fabricación, el transporte y el comercio.
Toda estás zona, con la ría del Nervión como eje vertebrador, ha vivido una regeneración urbana y medio ambiental siguiendo el Plan de Revitalización propuesto por el Gobierno Vasco, que busca lograr que la ciudad vuelva a mirar a la ría, después de un siglo de darle la espalda.
Con la construcción del Museo en este emplazamiento, las autoridades pretendieron dar el empujón inicial para recuperar un área abandonada de la ciudad.
Desnivel
Debido a los 16 metros de desnivel existentes entre la cota de la ría y el ensanche de la ciudad en esta zona, los más de 50 metros de alto que tiene el edificio no sobrepasan las construcciones de la ciudad y se integra con el entorno pese al contraste de sus formas onduladas y colores brillantes con los volúmenes puros y mate de una arquitectura más estática en su alrededor.
El diseño de Gehry, con su singular estructura, espectacular y visible de todos lados, se presenta como una escultórica puerta de entrada a la ciudad.