Con más de 460 millones de opiniones y críticas, y con siete millones de restaurantes, hoteles, centros de ocio y ciudades listadas, los empleados de Trip Advisor tienen un duro trabajo verificando que los comentarios sean verídicos y no producto de un robot que genera contenidos.
Pero la plataforma se ha visto afectada por una jugada incríble: el restaurante más popular de Londres era una mentira. Fue una campaña creada por un periodista para demostrar que con un poco de ingenio se puede engañar a Trip Advisor.
El falso restaurante The Shed at Dulwich estuvo en el número uno de Londres por dos semanas
Oobah Butler es un periodista especializado en gastronomía y tendencias en Vice.com. Cuando varias agencias de relaciones públicas le ofrecieron dinero por realizar críticas positivas de restaurantes –aunque nunca hubiera comido allí- pensó en desenmascarar la mecánica que mueve a las webs de opiniones.
Una elaborada producción de mentiras
Con una bonita página web y un perfil en Facebook, presentó en sociedad The Shed at Dulwich (El cobertizo de Dulwich), que en realidad es el pequeño trastero de su jardín. Compró un teléfono de prepago para suscribirse en Trip Advisor, y debutó por debajo del puesto 18.000 entre los restaurante de Londres.
Armó su web y con la clásica verborrea de los restaurantes de alta categoría, presenta platos con los nombres de:
- Lujuria: riñones de conejo en tostadas condimentadas con azafrán y caldo de ostras
- Contemplación: de carne de vaca de raza Aberdeen
- O Confort: macarrones y queso azul de Yorkshire sazonados con virutas de tocino y servidos en un cuenco egipcio
Y agrega:
“No tenemos menú, nuestros platos interpretan sus sentimientos”
Las fotos, con buena iluminación, no revelaban que los platos en realidad era un rejunte de espuma de afeitar, pastillas de cloro y trozos de tela. Sin duda los elaborados platos de The Shed tenían ingredientes poco agradables.
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Ascenso a la cima
Fue cuestión de incentivar a algunos amigos para que escribieran críticas positivas, y de a poco la rueda comenzó a girar. Para evitar los mecanismos de detección de fraude, pidió que las redacten desde diferentes ordenadores.
En pocas semanas, The Shed at Dulwich había trepado más de 10.000 puestos, y comenzaron a llover las reservas.
“Lo siento, tenemos todo lleno para las próximas seis semanas”, decía Butler una y otra vez. ¿Dirección? Ninguna.
El misterio se fogoneaba con la exclusividad de un lugar al que sólo se podía acceder con cita previa
Algunos proveedores de alimentos enviaban muestras de sus productos, cocineros y camareros despachaban sus currículums para ser contratados en el misterioso restaurante y hasta un ayuntamiento pidió que el establecimiento se mude a su casco urbano.
La revelación
En noviembre la bola de nieve se hizo más grande que nunca y The Shed at Dulwich llegó al primer puesto de los restaurantes de Londres. Y ahí estuvo por dos semanas.
Hasta que reveló la verdad al mundo, y lo celebró con la primera comida servida en el cobertizo: unos sencillos platos congelados comprados en una tienda cercana.
Trip Advisor retiró el post del falso restaurante y dijo que una mentira de este calibre sólo podía ser creación de “periodistas que quieren probarnos”. Como el rol de sus verificadores es chequear la autenticidad de las críticas, se les pasó por alto que un restaurante puede llegar al tope de las listas aunque sólo sea una fantasía.