Los responsables de la seguridad en el mundo de la aeronáutica celebran el excelente balance de 2017:
Ninguna gran línea aérea sufrió accidentes mortales el año pasado
La organización especializada Aviation Safety Network contabilizó un total de diez siniestros aéreos por parte de pequeños aparatos de más de 14 asientos y en vuelos de transporte de mercancías, en los que fallecieron 44 personas en vuelo y 35 en tierra.
Teniendo en cuenta que durante el 2017 hubo 36,8 millones de vuelos en todo el mundo, el porcentaje de siniestros ha sido ínfimo
De estos accidentes, dos tuvieron problemas durante el ascenso inicial, tres en vuelo, otros tres en el descenso para aterrizar y otros dos durante el aterrizaje. Estos siniestros tuvieron lugar en Kirguistán, Indonesia, Estados Unidos, Nepal, Costa de Marfil, Rusia, Tanzania, Canadá y Costa Rica, mientras que no se registró ningún accidente mortal en Europa.
Con estas estadísticas, se revela que el 2017 ha sido "el año más seguro tanto en número de accidentes como el término de bajas mortales", precisa Aviation Safety. Como comparación, basta recordar que en el 2016 se registraron 16 accidentes, que causaron la muerte de 303 personas.
Casi 400 días sin accidentes de grandes aerolíneas
El ratio de mortalidad aérea comercial se sitúa en un deceso por cada 7,3 millones de vuelos, en un cálculo que no computa accidentes militares y que deberán confirmar a lo largo de 2018 los datos Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), con sede en Montreal.
Según ese portal especializado, el último accidente de una gran aerolínea con víctimas mortales se registró hace 399 días, el 28 de noviembre de 2016, cuando 71 personas fallecieron al estrellarse el avión de LaMia en el que viajaba el equipo de fútbol boliviano Chapecoense y que unía Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) con Medellín (Colombia).
Desde la última tragedia aérea con más de 100 víctimas mortales han pasado 793 días y se remonta al siniestro de un vuelo de la compañía rusa Kogalymavia operado por Metrojet Flight el 31 de octubre de 2015, cuando el aparato explotó en el aire con 224 personas a bordo cuando volaba entre la localidad egipcia de Sharm el-Sheij y la rusa de San Petersburgo.
Los investigadores rusos concluyeron entonces que la causa más probable del siniestro había sido la detonación en vuelo de "un artefacto explosivo" introducido en el Airbus A321.