La visita a la tumba de San Juan es mucho más que ir en busca de una reliquia entre los paisajes celestes de la costa turca del mar Egeo.
Si bien hace poco más de 90 años que Turquía tiene historia como nación, hace más de 10 mil años que sus territorios han estado ocupados por griegos, romanos, bizantinos y otomanos, de quienes heredó su gran riqueza.
Algunas de las maravillas de esta bellísima Turquía, son las 7 iglesias del Apocalipsis, la ciudad de Troya y la legendaria ciudad de Éfeso, fundada en el Siglo VII A de C
Éfeso
Entre las calles de mármol de Éfeso, se descubren templos, teatros, baños, burdeles, el Templo de Artemisa -considerado una de las 7 Maravillas del Mundo Antiguo-, y también, la Iglesia de San Juan.
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La tumba data de los siglos III y IV y cuando el cristianismo empezó a expandirse, construyeron una pequeña iglesia con techo de madera que fue demolida por terremotos.
El emperador Justiniano mandò construir una enorme iglesia de 6 cúpulas en forma de cruz, con las piedras del coliseo de Éfeso donde se sacrificaba a los cristianos. Parte de esta enorme construcción llamada "la Iglesia de la Cruz", fue convertida en Mezquita cuando en 1304 Éfeso cayó en manos turcas. Pero en 1370 un severo terremoto la derrumbò.
Desde 1920 se llevan a cabo trabajos de excavación y la tumba se muestra frágil, resguardada por 4 columnas sobre un sepulcro de mármol, rodeada por un imponente cementerio de piedras y recuerdos, dominada por una ciudadela bizantina.
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El peregrino no tiene más que visitar el lugar y presenciar en soledad, el atardecer escurriéndose en el mar.
Antes de su crucifixión, Jesús le pidió a su predilecto Juan, que cuidara de su Madre. Juan y la Virgen se trasladaron a Éfeso entre el 37 y el 48 d.C. y vivieron allí.
Fue perseguido y vivió en el exilio en la isla de Patmos, donde escribió el libro de las Revelaciones, más conocido como el Apocalipsis. Se dice que regresò a Éfeso donde pasó los últimos años de su vida.