Algunos lugares nos resultan lejanos, exóticos, difícil de abarcar, y cuesta imaginar y pensar cómo llegar hasta allí o cómo organizar un viaje hasta allí. Pues bien, una excelente opción es un crucero y en esta nota lo armamos hacia un destino increíble. Los cruceros por el Báltico te fascinarán.
Mucha gente dice que lo que conocés en las -por lo general- cortas escalas de un crucero, no es suficiente y que volvés con ganas de más.
Te propongo otra mirada: un barco te acerca allí donde jamás hubieras podido ir y recorrer de otro modo. Poco es mejor que nada y si un lugar te dejó sabor a poco, quedará en tu lista de futuros viajes.
Cruceros por el Báltico
Cuento mi experiencia. Queríamos conocer el norte de Europa y acercarnos a Oriente lo más posible. Investigando opciones accedimos a una propuesta que resultó genial: un itinerario de Princess Cruises nos acercaba, en pocos días, y con las cosas muy facilitadas, a Escandinavia y San Petersburgo, dos sueños difíciles de concretar.
Un recorrido tan extenso, en pocos días, se hace más amigable utilizando un crucero como medio de transporte.
Paso a paso
Ustedes dirán, ¡eso ES lo que es un crucero, es un medio de transporte! Explico entonces porqué digo “usarlo como medio de transporte”.
La cabeza del viajero “no crucerista” piensa en el crucero como en un lugar 5 estrellas para disfrutar y hacer ocio, sin agregarle la utilidad de poder trasladarse y hacer largos recorridos sin esperas en los aeropuertos, sin temores a cancelaciones y sin cargar valijas.
Entonces contemos por ejemplo la experiencia de un recorrido de los que ofrecen los cruceros por el Báltico.
Hay muchas líneas de cruceros que hacen el Báltico. Hoy hablaremos sobre Princess Cruises, que ofrece varios recorridos. El de 11 noches nos parece que cubrirá el mínimo requerido para llevarse un excelente pantallazo de la zona.
El itinerario cubre: Copenhague (Dinamarca), Oslo (Noruega), Aarhus (Dinamarca), Berlín (Alemania), un día en el mar hasta llegar a Tallínn (Estonia) y luego San Petersburgo (Rusia), lugar en el que el crucero se queda dos noches para permitir hacer un buen recorrido de tan maravillosa ciudad.
De ahí a Helsinki (Finlandia), Estocolmo en Suecia, otra noche en el mar descansando de tanto recorrido y llegada a Copenhague, para volverse, o recorrer Dinamarca.
Si piensan que el crucero los limita y también querían tiempo, por ejemplo para Noruega, les aconsejamos hacer el vuelo internacional con destino final a Noruega unos días antes del crucero, ir a alojarse a alguna cabaña en el medio de un fiordo, y maravillarse con el azul profundo del fiordo penetrando el verde intenso de los bosques, deslumbrándose con los colores profundos y los espacios inmensos.
Recorré toda esa zona de fiordos que deja sin habla y una vez hecho el recorrido previo al crucero, toman un vuelo a Copenhague y embarcan.
Regresarán llenos de imágenes y de historia. ¡Se los recomiendo!