Este pintoresco pueblo que se ha convertido en uno de los lugares más visitados y conocidos de la Costa Brava, fue en sus orígenes un refugio de pescadores.
Sus casas blancas, sus calles estrechas y la belleza de sus calas y playas han servido de inspiración a infinidad de pintores que han inmortalizado en sus telas estos bellos paisaje
En 1970 el cantautor Juan Manuel Serrat se inspiro, en parte, en la población de Calella para la composición de uno de sus temas más conocidos “Mediterraneo”.
Su entorno de acantilados, calas de gran belleza, aguas transparentes y abundante vegetación, hacen que sea uno de los puntos más emblemáticos del litoral catalán.
En verano la playa de Goldfet y la de Port-Bó, se convierten en el escenario natural de la Cantada de Habaneras de Calella de Palafrugell que desde 1967 viene desarrollándose cada primer sábado del mes de Julio.
En 1927 el coronel Woevodsky y Dorothy Webster compraron los terrenos de su finca de Cap Roig donde comienzan a levantar un castillo y trazan un magnífico parque. El jardín desciende en terrazas desde el castillo hasta el mar. Estas terrazas, las Terrazas de las Monjas, Terraza del Bassin, Jardín de los Enamorados... están conectadas por la Escalera de los Cipreses, y tienen un marcado acento arquitectónico, mientras que a partir de aquí los paseos descienden suavemente hacia la costa.
En esta zona se encuentra el Jardín de la Primavera, el Jardín de Cactus y el Paseo de los Geranios con una espectacular floración.
Calella de Palafrugell es uno de los pocos núcleos de la Costa Brava donde aún se mantiene ese ambiente que se respiraba en los pueblos de la zona, antes de que llegara el turismo de masas.
Con calles estrechas, casas con cubierta inclinada de teja y algunas viviendas tradicionales de pescadores de dos plantas, este pueblecito pesquero está situado en una costa rocosa, formada por pequeñas calas, al norte del paraje natural de Castell – Cap Roig, ideal para paseos o excursiones en bicicleta, y al sur del también núcleo costero y turístico de Llafranc.
Desde Barcelona hasta Palafrugell hay solo 135 km, o sea que si estás por la Costa Brava, o buscás un destino de montañas y playas donde pasar unos días junto al mar, deberías pensar seriamente en Calella de Palafrugell.
En verano, en el Jardín Botánico de Cap Roig se celebra el festival musical Festival de Cap Roig y también el Ciclo de Conciertos de Verano en la iglesia de Sant Pere, que organiza Juventudes Musicales de Palafrugell. El encuentro anual de habaneras, que reúne miles de personas en la playa de Port Bo, es uno de los actos más conocidos de la zona.
En este antiguo pueblo de pescadores muy bien conservado en su corazón histórico, no encontrarás grandes intervenciones urbanísticas ni excesos inmobiliarios, sino casas encaladas y calles adoquinadas mayormente peatonales.
El marco natural es perfecto: hay calas y pequeñas playas que miran a un mar turquesa y cristalino entre vegetación, promontorios rocosos y montañas. Cada playa parece una piscina natural con aguas calmas o un oleaje suave.
Hay playas concurridas, y rincones tranquilos y hasta escondidos en plena ciudad si solo caminamos o estamos dispuestos a descender algunas escalinatas en la roca.
En resumen, Calella es tranquilo, auténtico y en un marco natural incomparable.