Si viajás a la Península del Yucatán y sos un buceador con algo de experiencia, una de las sensaciones más emocionantes, que prácticamente sólo puede vivirse en esta región del mundo, es bucear y explorar sus misteriosos cenotes y ríos subterráneos.
Para aquellos que no tengan muy claro qué es un cenote, la palabra es de origen maya y significa “caverna con depósito de agua”.
Se puede entender de un modo muy general y simple como una cueva a la que se ha derrumbado el techo y se ha inundado de agua. También se los llama ríos subterráneos.
Esta región se caracteriza por un paisaje llano donde destaca la escasa presencia de ríos. Esto se debe a que la mayor parte del agua de lluvía se filtra al subsuelo por la permeabilidad de la roca caliza dando lugar a una gran cantidad de corrientes subterráneas. A lo largo de los años dichas filtraciones erosionan y debilitan la roca.
La bóveda que se va creando poco a poco se termina desplomando, mostrando el río al exterior en forma de pozos naturales que los mayas bautizaron como “Dzonot”.
Los cenotes son los puntos de entrada para esta gran red de ríos subterárrenos que surcan los subsuelos de la península del Yucatán. Se estima que en esta región hay entre 7000 y 8000 cenotes, de los cuales aproximadamente 1400 están localizados y cartografiados.
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