"Nos acercamos a una zona de turbulencias. Por favor, permanezcan sentados y abróchense el cinturón de seguridad". No es fácil que este familiar mensaje que escuchamos en cada vuelo termine abandonando los estrictos protocolos que rigen la aviación civil. Pero los avances tecnológicos están a punto de ponerlos a prueba con el nuevo láser de larga distancia que se dispone a testar la compañía Boeing. Si funciona el dispositivo recién construido, el piloto podría esquivar cualquier fenómeno con suficiente antelación o, en el peor de los casos, alejarse lo más posible y dar tiempo a que la tripulación garantice al máximo su seguridad y la de los pasajeros. Para el éxito del experimento, se necesita que el aparato «sea capaz de detectar las zonas de turbulencias con un mínimo de sesenta segundos o alrededor de 17,5 kilómetros de distancia, objetivo del dispositivo que hemos construido», explica Stefan Bieniawski, jefe del programa de investigación de Boeing.
Pese a la notable mejora y modernización de las condiciones de vuelo, las llamadas turbulencias, producidas al pasar el aparato por un cruce de corrientes de aire frías y calientes o por tormentas, nubes verticales y otros fenómenos, sigue siendo un quebradero de cabeza para el pilotaje.
Aunque las estadísticas muestran que el 99% de los más de 3.000 millones de pasajeros que vuelan cada año apenas notan el efecto de las turbulencias, que contemplan con la distancia de una simple incomodidad, también confirman que centenares de personas en todo el mundo las sufren con cierta gravedad. Sin ir más lejos, el mes pasado, la entrada del avión en zona de turbulencias provocó diez heridos de consideración, que fueron trasladados al hospital nada más aterrizar, entre los pasajeros de un American Airlines que volaba desde Atenas a Filadelfia.
Con el fin de buscar soluciones, Boeing, la compañía aeroespacial estadounidense, que ha trabajado en colaboración con JAXA, la agencia japonesa de investigación del mismo sector, va a poner a prueba el lidar. Se trata de un dispositivo de largo alcance que, situado en la punta delantera del avión, emitirá impulsos de luz de láser cada vez que detecte partículas como polvo en suspensión y cualquiera que pueda indicar la cercanía de turbulencias. Observando la luz reflejada en los segmentos, sus pulsaciones proveerán la medida de posibles incrementos de viento, entre otros fenómenos.
Rápida actuación
Cuando los pilotos reciban la información, utilizarán un rápido sistema de audio para transmitirla a su tripulación, que actuará según lo exijan las circunstancias. Si el lidar funciona, se ampliará el tiempo para los preparativos y se reducirán notablemente los riesgos actuales, asegura la compañía norteamericana.
Para demostrar su efectividad, Boeing se valdrá de la empresa norteamericana FedEx Express, que probará el sistema durante seis semanas, junto a una treintena más de nuevas tecnologías recién elaboradas en beneficio de la aviación. La compañía de transportes estadounidense utilizará un 777 Freighter, que es una versión del Boeing 777-200.