Unas poquitas y simples líneas para viajeros, para poder ubicarnos en la Irlanda del Norte actual, país que integra el Reino Unido.
Primero, una pocas líneas sobre el conflicto, y luego avanzamos sobre lo que no podés dejar de visitar en Belfast. El modelo político actual es La Monarquía Constitucional y la reina Isabel II es la Jefa del Estado de Irlanda del Norte.
La lucha por la independencia ha enfrentado a las distintas comunidades durante años, siendo su más terrible expresión, la actividad terrorista del IRA.
Hasta principios del siglo XVII, la religión predominante en Irlanda era el catolicismo. Cuando Enrique VIII rompió con Roma comenzaron a cambiar las cosas.
Inglaterra envió colonos convertidos al protestantismo, a instalarse en los condados del noreste de Irlanda. Estos colonos llegaron a ser prósperos comerciantes gracias a los vínculos con Inglaterra.
Cuando comenzaron los debates sobre la posibilidad de un gobierno independiente, que se separara del Reino Unido, los protestantes se opusieron, posiblemente porque atribuían su prosperidad económica a su religión y su buena relación con Gran Bretaña.
La separación finalmente llegó para Irlanda, pero no para Irlanda del Norte
Cuando se estableció la República de Irlanda en 1921, Londres decidió que como la población del noreste era mayoritariamente protestante, esa zona debería seguir siendo parte del Reino Unido.
Los protestantes coparon las instituciones de gobierno y durante 50 años dificultaron el acceso de los católicos a puestos de poder. Cerrado el acceso a la participación, algunos movimientos católico-republicanos optaron por la vía armada para hacer escuchar su voz.
Este debate político y religioso, ha tenido a lo largo de los años terribles expresiones de violencia. Desde siempre los republicanos reclaman dejar de ser parte del Reino Unido e incorporarse a la República de Irlanda y los unionistas defienden que Irlanda del Norte siga siendo una provincia británica.
Ambos grupos representan la historia del conflicto localizado en Irlanda del Norte, más conocido como The Troubles, que ha causado la muerte a unas 4.000 personas en el último medio siglo.
En 2005 confirmaron el completo desarme del IRA y desde 2007 republicanos y unionistas comparten el gobierno con muchas tensiones.
Estos grupos han estado condenados a convivir, pero las diferencias entre unos y otros sigue vigente y este desacuerdo entre ambos, imposibilita entablar una relación amistosa.
Fruto de su historia, Belfast tiene algo que la distingue de cualquier otra capital: sus famosos murales, característicos por sus connotaciones políticas, y también muchos otros, centrados en la vida de la comunidad, sus aficiones y sus deseos
Te encontrarás con un increíble museo al aire libre, que habla del conflicto ideológico y armado sufrido en la norteña Irlanda. Cada grupo tiene sus murales, pero también encontrarás pinturas que simbolizan otras luchas internacionales.
Si preferís descubrir esta cara de Belfast en taxi, hay un servicio llamado “black taxis” que te llevarán a hacer un recorrido por las zonas de interés, haciendo el taxista de guía y explicándote algunas anécdotas e historias, a veces reales y otra no tanto, pero fascinantes de cualquier manera. Generalmente solo hablan inglés, pero si contratás con tiempo, podés conseguir un chofer de habla hispana. Es una experiencia muy recomendable.
En el recorrido sean respetuosos, manténganse neutrales y observen atentos y sabrán qué zona están pasando, si la republicana y católica con sus verdes, blancos y naranjas, o la unionista y protestante de blanco y rojo.
La historia del Titanic
Podrás volver 100 años atrás visitando el gigantesco museo interactivo consagrado al Titanic, que abrió sus puertas en Belfast, Irlanda del Norte, tan solo unos pocos días después del centenario del naufragio (Abril de 1912).
El centro intercativo “Belfast Titanic” está en el llamado Barrio del Titanic, y se destaca el impresionante edificio que es la nueva atracción turística de la ciudad, y tiene como objetivo contar la historia del transatlántico.
La fachada de este museo de seis plantas tiene la forma de cuatro proas, todas de la misma altura que tenía el auténtico Titanic, desde la quilla hasta la cubierta.
En el museo todo es nuevo, recreado como los originales, desde el mobiliario hasta la vajilla, y los efectos especiales y experiencias en tercera dimensión te llevarán en un viaje en el tiempo, haciéndote vivir en primera persona todo el proceso, desde los muelles, con imágenes en vídeo filmadas hace cien años, modelos de tamaño real, sonidos de la época y hasta los olores del entorno industrial.
Si llegaste a Belfast, un paseo inolvidable es recorrer sus maravillosas costas.
No dejes de hacer el increíble paseo a la Calzada del Gigante, yendo desde Belfast hacia la costa Norte.
Si te quedó tiempo, saboreá el auténtico gusto de la vida en Belfast, visitando el renovado Mercado de San Jorge. Lo encontrarás en plena ebullición los viernes, sábados y domingos por las mañanas. Más de 150 vendedores abren sus puestos repletos de productos que van desde las antigüedades hasta la carne de tiburón.
Y sacate una foto en el fascinante Puente colgante Carrick-a-Rede.
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