Desde esta semana, las aerolíneas de Estados Unidos están obligadas a proporcionar reembolsos en efectivo a los pasajeros cuyos vuelos sean cancelados o significativamente retrasados, sin que el cliente tenga que solicitarlo de forma explícita.
Esta nueva norma, emitida por el Departamento de Transporte (DOT), exige que, en caso de una cancelación o modificación importante de un vuelo, las aerolíneas procesen automáticamente el reembolso si el pasajero rechaza la reprogramación o una alternativa.
El secretario de Transporte, Pete Buttigieg, anunció la norma en la plataforma X, destacando la importancia de que los pasajeros puedan recuperar su dinero sin inconvenientes. Esta norma llega justo antes de la temporada alta de vacaciones, cuando se prevé un aumento en el tráfico aéreo.
La norma federal exige a las aerolíneas realizar el reembolso en siete días hábiles si el boleto fue comprado con tarjeta de crédito, y en 20 días calendario para otros métodos de pago.
Sin embargo, la medida ha sido recibida con resistencia en la industria aérea. En respuesta, Airlines for America, el lobby industrial del sector, declaró que aunque apoyan la regla, priorizan la satisfacción del cliente con opciones de reembolso cuando deciden no aceptar una reprogramación.
Buttigieg, quien promovió esta normativa desde abril, ya había solicitado en julio que las aerolíneas fueran transparentes respecto a los derechos de reembolso de los pasajeros. Con esta nueva regulación, el DOT busca que los clientes tengan más claridad y menos inconvenientes para recibir su dinero en caso de interrupciones en sus viajes.
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