Sin salud mental, no hay salud. Es inviable el bienestar si estamos desequilibrados, si el estrés nos arrasa e invade todos los lagares. Hacer una pausa y bajar un cambio a nivel físico y psíquico es fundamental para recargar energías y cuidar nuestro organismo en todos los planos. Para ello, es necesario hacer algo más que tomar una distancia del trabajo: a la desconexión laboral se le debe sumar, según los médicos, la desintoxicación digital. Hay que apagar las pantallas para encender otras cosas.
La desconexión digital en vacaciones es fundamental
Las vacaciones son un tiempo para descansar y recargar energías. La desconexión digital te permite liberarte del estrés y la presión asociada con el trabajo y las responsabilidades diarias. Al desconectarte, puedes relajarte y disfrutar plenamente de tus momentos de descanso.
La sobreexposición a la tecnología y la constante conexión a dispositivos electrónicos pueden afectar negativamente la salud mental y emocional. Estar constantemente pendiente de correos electrónicos, mensajes de trabajo o noticias puede generar ansiedad y agotamiento. La desconexión digital te permite liberar tu mente y estar más presente en el momento presente.
Por qué hacer una desconexión digital en vacaciones
Según el doctor Augusto Zafra, médico psiquiatra, responsable de la unidad de desintoxicación hospitalaria y patología dual del Hospital Vithas Aguas Vivas, es vital asumir que es necesario hacer una desconexión digital durante el tiempo libre o las vacaciones. "Igual que asumimos que es necesario a nivel laboral, debemos poner en pausa las pantallas", destaca.
"Cada vez existe más conciencia de la necesidad mental y psicológica de una desconexión digital, algo aceptado e instaurado a nivel laboral, pero sucede todo lo contrario a la hora de aplicar esta desconexión durante el tiempo libre o el periodo vacacional", dice.
"Muchas personas tienen la percepción errónea de que la actividad recreativa fundamental durante esos períodos de descanso tiene que ser la interacción con redes sociales y estar en red de manera continua. Por el contrario, es indispensable tomar conciencia de la importancia de una desconexión digital durante el periodo vacacional". Según el psiquiatra, "la desconexión digital representa un desafío creciente para la salud mental. Es clave para el desarrollo de una vida saludable y equilibrada".
Es que el avance tecnológico ha transformado la forma en que trabajamos, socializamos y nos entretenemos. Las relaciones cambiaron con la conexión digital 24x7. Por eso, es clave buscar un equilibrio, una mesura que nos devuelva a nosotros mismos.
El exceso de pantallas y la hiperconexión "tienen una cara oculta que no se puede obviar y que aparece
cuando existe una sobreexposición, y esa sobreexposición traspasa ciertos límites que pueden perjudicar a la persona de forma mulitidimensional, interfiriendo en su vida presente y futura", agrega el experto.
Los niños, primero: un detox digital indispensable en vacaciones
La exposición a la digitalización y a redes sociales cobra un mayor interés si se habla de los cerebros en
desarrollo de niños y adolescentes. Explica Zafra: "el cerebro de los más pequeños se va nutriendo de estímulos sensoriales rápidos, secuenciados y de alta intensidad que pueden generar un tejido neuronal tendente a la hiperestimulación, la inmediatez y la pérdida de foco atencional. Estos cerebros procesan la información de forma distinta y su impacto emocional a futuro es muy incierto".
Justamente, es importante que los adultos estén atentos si observan un uso inadecuado de la tecnología. "Advertir si hay un comportamiento patológico, obsesivo e impulsivo, capaz de generar desórdenes psicológicos que interfiera en el saludable desarrollo de niños y adolescentes en su camino a la edad adulta", resalta Zafra.
El hecho es que los médicos y organizaciones coinciden en que términos como "sobreexposición", "dependencia tecnológica" o "malestar psicofísico" son cada vez más frecuentes en la población. ¿Las consecuencias? "Abuso, impulsividad y pérdida de control; comportamientos obsesivos; aislamiento social y soledad; pérdida de habilidades sociales; baja autoestima; ansiedad y depresión; estrés, sobrecarga neurocognitiva y agotamiento físico y mental", advierte el psiquiatra.
La autodisciplina en los adultos y el control y límite en los niños es fundamental. No es fácil porque el tiempo libre está asociado a entretenimiento y las herramientas digitales son muy tentadoras por la accesibilidad, inmediatez y la amplificación de estímulos que nos pueden ofrecer, pero hay que tomar conciencia. En vacaciones, regala a tu cerebro y al de tus niños conectar con otro tipo de estímulos.
Apagar las pantallas, encender el cuerpo
Para un adecuado cuidado de la salud mental y descanso cerebral, es importante establecer pautas, como límites de forma clara y comprometida. No es un reto ni un castigo, es un cuidado. Es necesario definir horarios específicos para utilizar dispositivos electrónicos y redes sociales y dedicar tiempo a actividades que promuevan el bienestar físico y emocional.
Hacer ejercicio, jugar, meditar, leer o pasar tiempo al aire libre puede ayudar a contrarrestar los efectos negativos de la tecnología en nuestra salud mental, permitiendo a la vez la posibilidad de recargar
energías de manera saludable
También es importante fomentar la conexión interpersonal y cultivar relaciones sociales y emocionales fuera del entorno digital. Para cuidar la salud mental, es vital priorizar el tiempo de calidad con familiares y amigos o participar en actividades grupales que permita una interacción física para activar nuestro cerebro social.
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Es importante también establecer rutinas de sueño saludables, ya que la tecnología antes de dormir puede interferir con la calidad del sueño. Se recomienda establecer una rutina de desconexión digital al menos una hora antes de acostarse.
Zonas libres de tecnología
El psiquiatra advierte de la necesidad de "establecer zonas libres de tecnología en el hogar. Como norma, se define que la conexión digital no puede interrumpir los actos de desayuno, almuerzo y cena. Esto está
ligado a practicar la atención plena, que puede ser una herramienta eficaz que permite estar conscientes del momento presente. Desde allí, podemos prestar atención a nuestras experiencias, a los sabores, a los sentimientos, a lo que el cuerpo tenga para contarnos.
La distracción digital deteriora nuestra capacidad de disfrutar el aquí y ahora. Alejarse de las pantallas es tratarse mejor.
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