La edad no es un impedimento para realizar el Camino de Santiago, pero sí es necesario saber cómo prepararte previamente y tener en cuenta una serie de consejos para completar el peregrinaje hasta Santiago de Compostela sin correr riesgos.
Un recorrido sin límite de edad
Un “buen camino” para las personas mayores de 55 años sí es posible. El Camino de Santiago es una ruta de peregrinación que se lleva realizando desde la Edad Media en honor a la misión evangelizadora del apóstol Santiago el Mayor. Sin embargo, a pesar de sus orígenes religiosos, no todas las personas que deciden completar una de las 15 rutas posibles, lo realizan por una promesa o culto, sino que también se mueven por un deseo de superación, amor a la naturaleza, diversión o deporte.
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Es por ello que en los tramos del camino podemos encontrarnos peregrinos de diferentes perfiles, desde atletas hasta niños, adultos mayores o personas con algún tipo de discapacidad.
A pesar de que el Camino conlleva tener que andar decenas de kilómetros durante varios días seguidos, cargando la mochila y teniendo que enfrentarse en ocasiones a adversidades atmosféricas, cualquier persona que tenga una mínima preparación física, incluidas las que pertenecen al grupo de la tercera edad, puede plantearse este apasionante reto. Además, siempre se puede echar mano de algunas ayudas que facilitan la peregrinación como veremos más adelante.
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¿Qué hay que tener en cuenta?
Son muchas las razones que pueden llevar a una persona mayor a querer realizar alguna de las rutas de Camino de Santiago, pero sabemos que también pueden echarle para atrás otros factores. A continuación, te contamos algunas de las razones por las que deberías realizar este camino, y también algunas medidas que quizás te dificulten durante el proceso.
- Mala condición física: es cierto que completar el Camino de Santiago no es como dar un paseo por el parque del barrio, pero aunque no estés acostumbrado a hacer deporte, no debes desanimarte. Si tu médico te da el visto bueno, comienza a prepararte el Camino unos meses antes, empezando por realizar caminatas cortas, y ves aumentando la distancia poco a poco. Cuando te sientas más seguro, comienza a hacer rutas de senderismo por el campo o montaña para acostumbrarte a andar por superficies sin asfaltar y con desniveles.
- Ser más de ciudad que de campo: pues entonces tienes un motivo más para hacer el Camino porque necesitas salir de la contaminación y del bullicio de la ciudad, para disfrutar de la tranquilidad, el aire limpio y la armonía que vas a encontrar en los diferentes tramos de la ruta.
- No tener acompañantes: no serías la primera persona que completa el Camino de Santiago en soledad, ya que mucha gente lo que busca es estar consigo mismo, disfrutar del silencio de la naturaleza y hallar la paz interior. Sin embargo, si no te apetece o te da miedo emprender la ruta solo no te preocupes, hoy en día se organizan muchas salidas en grupo desde diferentes puntos de España. Puedes preguntar en agencias de viajes, en diferentes tipos de asociaciones, o incluso en foros de Internet. Además, ten en cuenta que durante el Camino vas a encontrarte con muchas personas, tanto en los trayectos como en los alojamientos, donde suelen comenzar buenas relaciones de amistad.
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- Pensar que ya estamos viejos: si hay personas que completan maratones habiendo superado los 80 años, ¿cómo vas a ser mayor para realizar el Camino de Santiago? Con una buena plantificación, preparación y un control médico previo, tu edad no será un impedimento para completar tu credencial con los sellos de cada tramo.
- Problemas de salud: bajo esta situación, es fundamental que hables con tu médico para que entre los dos acordéis si es viable tu peregrinación a Compostela y la mejor forma de hacerlo. Es conveniente que en este momento te hagas una revisión médica, en la que se incluya una prueba de esfuerzo y un electrocardiograma, entre otras pruebas que tu doctor puede considerar necesarias. En el caso de que tu salud te lo permita, solo queda que planifiques el Camino de Santiago teniendo en cuenta tus limitaciones y siguiendo el tratamiento que te haya pautado tu médico.
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