
A lo largo de la historia, muchas comunidades han sido abandonadas por distintos motivos: crisis económicas, desastres naturales o cambios en las industrias que las sustentaban. Con el tiempo, la naturaleza se abre paso, cubriendo calles y edificios con su manto verde, convirtiéndolos en escenarios casi irreales.
Qué vas a encontrar en esta nota:
Algunos de estos pueblos fantasmas quedan olvidados, mientras que otros, envueltos en un aura de misterio y belleza, se transforman en atracciones turísticas o en fuentes de inspiración para arquitectos y exploradores. Uno de estos lugares es un antiguo pueblo pesquero en la isla de Gouqi, en China, donde la vegetación ha reclamado cada rincón, creando un paisaje que parece salido de un cuento.
El pueblo chino devorado por la naturaleza
La Isla de Gouqi pertenece a un grupo de cerca de 400 islas conocidas como islas Shengsi y forman parte del archipiélago Zhoushan, situado fuera de la bahía de Hangzhou en la desembocadura del río Yangtze en China. Es el archipiélago más grande de China.
Este pueblo curiosamente es uno de los más atractivos para los arquitectos de aquel país
Este del que estamos hablando es uno de los pueblos mejor preservados del archipiélago, que se destaca por estar en una importante zona pesquera. Y pese a estar abandonado, conserva su magia.

La base económica de esta región de China se ha modificado con la instalación de industrias de construcción y reparación naval junto a algunas otras industrias ligeras más los servicios devenidos de la industria del turismo, que es grande en esa zona.
El crecimiento de estas industrias secundarias y terciarias, han dejado muchos pueblos pesqueros abandonados y la naturaleza ha seguido su curso, engulliendo poco a poco las construcciones humanas.

La belleza oculta de un pueblo olvidado
La transformación del pueblo en la isla de Gouqi es un testimonio del poder de la naturaleza y el paso del tiempo. Lo que una vez fue una comunidad pesquera activa ahora yace en silencio, cubierto por un manto verde que le otorga un aire casi místico. Sus casas, ahora envueltas en enredaderas y follaje espeso, parecen emerger como vestigios de una civilización perdida.
Este fenómeno ha despertado el interés de arquitectos y fotógrafos que encuentran en el abandono un tipo especial de belleza. La armonía entre lo construido por el hombre y el crecimiento natural ha convertido a este pueblo en un sitio de inspiración y contemplación.

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A pesar del avance del turismo en la región, el pueblo sigue manteniendo su esencia intacta, protegido por la vegetación y el difícil acceso. Para quienes logran llegar, el paisaje ofrece una experiencia única: la oportunidad de caminar entre ruinas vivas, donde la historia y la naturaleza conviven en un equilibrio sorprendente.

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Pueblos fantasmas alrededor del mundo
El pueblo de la isla de Gouqi no es el único lugar donde el tiempo y la naturaleza han transformado comunidades en escenarios fantasmales. A lo largo del mundo, existen numerosas localidades que fueron abandonadas por diferentes razones, desde desastres naturales hasta crisis económicas o guerras.
Un ejemplo icónico es Pripyat, en Ucrania, evacuado tras el desastre de Chernóbil en 1986. Sus edificios, parques y hospitales quedaron congelados en el tiempo, ofreciendo una imagen inquietante de una ciudad detenida en su último día de vida. Otro caso es Kolmanskop, en Namibia, un antiguo pueblo minero de diamantes que fue devorado por el desierto, con sus casas llenas de arena.

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Estos pueblos fantasmas, al igual que Gouqi, atraen a turistas, fotógrafos y aventureros que buscan descubrir la historia detrás de su abandono y la manera en que la naturaleza los ha reclamado. En muchos casos, lejos de ser olvidados, estos lugares se convierten en testimonios de la relación entre el ser humano y el entorno, recordándonos que la tierra siempre encuentra la manera de recuperar lo que alguna vez le fue arrebatado.
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