"El marxismo leninismo nunca me sedujo, porque me parecía que era salir de una dictadura para pasar a otra. Fue el rock el que me dio el sentido de libertad que yo buscaba y pronto vi que parte de ese sentimiento de libertad tenía que ver con el cannabis''. Con esas palabras, Eduardo Blasina, dueño y director del flamante Museo Cannabis Montevideo, dio por inaugurado el "novedoso" espacio en la capital uruguaya.
Blasina es un histórico partidario de la legalización de la hierba. ``El museo tiene como uno de sus ejes la reivindicación de la libertad, porque siempre creí que la libertad funciona mejor que las prohibiciones'', dijo a The Associated Press.
Según su fundador, una de las finalidades del emprendimiento es "tomar al cannabis dentro de una lógica de reencuentro con la naturaleza"
La idea de crear un museo cannábico surgió hace unos dos años, cuando en un charla en el Ministerio de Turismo de su país que alguien debía aprovechar la fama que Uruguay se venía ganando por legalizar la hierba, algo que, según él, estimularía la llegada de turistas interesados en el fenómeno cultural de la polémica planta.
El museo está ubicado en una amplia casona en el barrio de Palermo, epicentro del candombe, y sus fundadores esperan que ubique al país en un "circuito global que incluye Amsterdam, Barcelona y California".
Entre otros objetos, se exhiben un sinfín de objetos elaborados con cáñamo: prendas de vestir, cremas de todo tipo, jabones y champú, medicamentos para humanos y perros, papel, ladrillos que se emplean en la construcción, portafolios para ejecutivos y hasta pasta italiana... Sí, exhiben paquetes de fettuccini de cannabis. `"Los hace una empresa uruguaya. Son exquisitos, yo los he probado. No tienen ningún efecto psicoactivo, pero a pesar de ello hace meses que están intentando lograr que el Ministerio de Salud Pública los autorice a salir al mercado''.
La marihuana y el cáñamo pertenecen a la familia del cannabis, pero algunos expertos diferencian el cáñamo de la marihuana. El cáñamo es rico en cannabidiol (CBD), una sustancia no psicoactiva pero que suele usarse en el tratamiento alternativo de enfermos que sufren problemas neurológicos como epilepsia, convulsiones, párkinson y mal de Alzheimer, y contiene cantidades infinitesimales de tetrahidrocannabinol (THC).
La marihuana, en cambio, es rica en ácido tetrahidrocannabinólico (THCA), que en la combustión se convierte en THC, la sustancia que altera las funciones psíquicas a quien la fuma. La marihuana también es rica en ácido cannabidiólico (CBDA), que en la combustión se convierte en CBD.
En el museo también hay libros, revistas y material científico y médico de la época en la cual la marihuana se usó legalmente como medicamento, en la segunda mitad del siglo XIX. Y muestras de productos médicos de la hierba recién salidos al mercado. ``El museo te pone en el pasado, en el presente y en el futuro, porque tenemos los desarrollos que la ciencia está realizando en este momento'', dijo su director.
Además de marihuana y cáñamo, el museo también homenajea a otras especies vegetales importantes para el ser humano. En el jardín de la casona que alberga la colección cannábica hay frutales nativos de Uruguay y la región, y plantas de café y yerba mate, de la cual se extrae la infusión más popular en el país.
``Quisimos darle un lugar importante a la yerba mate, que tiene una presencia muy fuerte en el museo. Es la hierba psicoactiva nativa'', explicó Blasina, ingeniero agrónomo de profesión, aludiendo a los efectos que esta hierba amarga tiene en quien la consume: despierta, vigoriza y quita el hambre.
El museo tendrá una especie de mate-bar donde los turistas que no son de la región podrán tener su primera experiencia con el mate
Tres años desde la legalización
Durante el Gobierno del expresidente José Mujica, el Parlamento sancionó, el 10 de diciembre de 2013, una ley que transformó a Uruguay en el primer país en tener un mercado legal de esta hierba desde su siembra hasta su venta al público, que se realizará en una red de farmacias.
La misma ley habilitó el cultivo personal del cannabis y la formación de clubes cannábicos. Hasta el momento hay 5.446 cultivadores registrados y 27 clubes ya habilitados.
Dos empresas ganaron la licitación para cultivar la hierba que se venderá en farmacias. Ambas ya hicieron su primera cosecha, pero diversas dilaciones del gobierno han retrasado la llegada de la hierba a los comercios. Blasina es uno de los accionistas de una de las dos empresas que ganaron la licitación.
Más información: http://museocannabis.uy/