Un viaje en avión conlleva diversos problemas que generalmente no se tienen en cuenta: desde el cambio en la presión del aire, disminución en la cantidad de oxígeno, turbulencias, alteraciones en el ritmo cardiaco, hasta estrés psicológico o físico.
Por trabajo o por placer, muchas personas emprenden vuelos de diez horas o más, y en casi todos los casos, los síntomas tras el viaje se repiten: cansancio, pesadez de cabeza, hinchazón de las piernas y, en ocasiones, molestias digestivas.
La posibilidad de largas esperas, retrasos, colas, problemas en los controles de seguridad, o perder el equipaje, agravan nuestra "preparación" para el vuelo.
Para contrarrestar esto, te contamos algunos trucos que te pueden ayudar a hacer más llevadero, el vuelo y la estadía.
Cómo combatir el estrés que genera volar
Lo primero es controlar el estrés previo al vuelo. Tratá de subir al avión con todo organizado y sin preocupaciones. Prepará con tiempo el viaje, armá los recorridos, reservá o tené en mente los alojamientos, y no hagas la valija a último momento.
Tener lista la documentación y calcular bien el tiempo al aeropuerto, te predispondrá con buen humor frente a cualquier problema.
Si viajas con menores, la documentación es fundamental. No te olvides nada: documentos de los menores, partida de nacimiento o similar donde figure quiénes son los padres, autorización para salir del país si no viajan los padres, incluso si viajan con uno solo de los padres, se debe anexar la autorización del padre que no viaja.
Otro tip interesante es elegir tu asiento al comprar el pasaje. Los peores y que más estrés generan son los que están muy cerca de los baños y los que no pueden reclinarse.
Trata de comer poco y liviano y el viaje se hará menos turbulento, más aún si es un vuelo donde sufrirás jet-lag porque es un vuelo largo. Es muy importante beber agua en cantidad, dormir bien y llevar ropa suelta y cómoda.
Por último, es importante que te muevas en los vuelos largos para prevenir la trombosis venosa profunda. Si tenés problemas circulatorios, viajá con medias de descanso o de compresión, para mejorar la circulación en las piernas. Las medias de compresión apretan suavemente para que la sangre circule pierna arriba. Esto ayuda a prevenir la hinchazón de las piernas.
Arma un botiquín: es tranquilizador llevar un botiquín, ya que en algunos países se necesita receta para la mayoría de los medicamentos que en nuestro país compramos sin problema en la farmacia: antigripales, analgésicos, pastillas contra el mareo, antiséptico, gotas para los oídos... Y por supuesto, cualquier medicación que estemos tomando.
¿Todo listo? ¡Muy buen viaje!
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