Sint Maarten y Saint Martin: la magia de dos paraísos en uno

Viajar al Caribe siempre es un sueño, pero descubrir Sint Maarten y Saint Martin es vivir dos experiencias únicas en un mismo destino. Esta isla compartida entre Países Bajos y Francia combina culturas, sabores, playas de ensueño y un ambiente vibrante que la convierten en un verdadero paraíso doble.

playa de saint martin. Mar celeste y una reposera
Saint Martin
Actualizado: 21 de septiembre de 2025

Lo que hace tan especial a Sint Maarten y Saint Martin es su peculiaridad geográfica y cultural: la isla está dividida en dos territorios, el lado holandés al sur y el lado francés al norte. Esta mezcla crea un contraste fascinante entre la elegancia europea y la energía caribeña. Aquí, en apenas unos kilómetros, el visitante pasa de las calles animadas de Philipsburg a la sofisticación de Marigot.

Para los viajeros habituales de cruceros, este destino puede resultarles familiar, por ser una de las paradas obligadas del Caribe, en el puerto libre de Philipsburg, la capital de la parte holandesa, famosa por sus almacenes de piedras preciosas, relojes, licores y marcas reconocidas de ropa, entre otros artículos.

Sint Maarten y Saint Martin

Descubrir Sint Maarten y Saint Martin es vivir dos experiencias únicas en un mismo destino.

Playas de ensueño

Las playas son el gran tesoro de la isla. Simpson Bay y Maho Beach, en el sector holandés, son perfectas para quienes buscan diversión, deportes acuáticos y el famoso espectáculo de aviones aterrizando a apenas metros del mar.

agua transparente de una playa de saint martin
Playa de Saint Martin

En cambio, en la parte francesa destacan Orient Bay y Grand Case, ideales para relajarse con un toque más exclusivo y gourmet.

Cultura y gastronomía caribeña

La isla es un crisol cultural. En el lado holandés se respira un ambiente cosmopolita con casinos, vida nocturna y tiendas libres de impuestos. Por otro lado, Saint Martin ofrece un ambiente más tranquilo, ideal para los amantes de la buena mesa, con restaurantes de fusión francesa y caribeña que la han colocado como la “capital gastronómica del Caribe”.

Actividades y naturaleza

Más allá de la playa, Sint Maarten y Saint Martin invitan a explorar senderos, practicar snorkel en arrecifes de coral, navegar a islas vecinas o vivir la emoción de un paseo en catamarán al atardecer. También es posible recorrer mercados locales, visitar galerías de arte y descubrir reservas naturales que preservan la biodiversidad de la isla.

El encanto de un doble paraíso

Pocos destinos en el mundo pueden ofrecer la experiencia de vivir dos culturas, dos estilos de viaje y una diversidad tan amplia en un solo lugar. Por eso, Sint Maarten y Saint Martin no son solo un viaje al Caribe, sino la combinación perfecta entre aventura, descanso, lujo y hospitalidad isleña.

Aeropuerto

Una de las atracciones principales de la parte holandesa es la famosa playa de Maho, que antecede la pista de aterrizaje del Aeropuerto Internacional Princesa Juliana, en donde decenas de turistas se dan cita todos los días para fotografiar la llegada de los aviones, que pasan a tan solo unos metros de altura de sus cabezas.

La pista de aterrizaje está separada con dos cercas de metal y tiene una larga cuerda de la que la gente se agarra para sentir la potencia del aire que arrojan las turbinas de las aeronaves al momento del despegue.

Este acercamiento extremo provoca que las ráfagas de aire (jet blast) expulsadas por los motores puedan lanzar personas, levantar arena, e incluso, en raras ocasiones, causar accidentes graves. De hecho, hay señales de advertencia visibles alertando a los visitantes, pero muchos buscan la adrenalina de sostenerse de la cerca durante los despegues y aterrizajes, a pesar del peligro.

aeropuerto de saint martin. Un avion levanta arena y los turistas miran de cerca


Otra de las curiosidades del aeropuerto es su amplia zona VIP, en donde se aprecian los jets privados de celebridades y ejecutivos del mundo. De hecho, el 85 por ciento de los ingresos de la isla provienen del turismo.

En total la isla cuenta con más de 35 playas de uso público para bañistas que buscan distintos tipos de distracción: desde el plan contemplativo para asolearse hasta las actividades de deportes náuticos.

Dependiendo de los gustos del visitante, es importante que tenga en cuenta que el lado Caribe ofrece aguas más tranquilas, mientras que las playas que dan al océano Atlántico, como las de la zona francesa, son más propicias para los amantes de deportes como el kitesurf, windsurf y el surf.

En la zona francesa, uno de los lugares ideales para pasar un día de playa en paz es Pinel Island, una pequeña poción de tierra circundada por arenas blancas a la que se llega en una lancha luego de atravesar la bahía Cul de Sac. Este trayecto tiene un costo de 10 dólares ida y regreso.

Allí se puede almorzar langosta o pescado fresco con ensalada, en el restaurante Karibuni, que también ofrece el servicio de alquiler de sillas y sombrilla de bronceo por 20 dólares.

 

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